Con motivo de la fiesta sorpresa que su familia le organizó en su 50 aniversario, Josep Maria Solé, el que fuera subcampeón de España de Raids de 1990 tras una temporada memorable al volante del Suzuki Vitara preparado por Antonio Zanini, pudo volver a reunirse en Cardona con Josep Calm, el ahora famoso preparador que en su día fue copiloto-mecánico de Solé en el Vitara, con el que además de ganar la Transpaña y otras carreras lograron mantener en jaque al poderoso equipo Citroën en la Baja Aragón de 1990.
Solé, retirado de la competición desde hace años, pudo volver a sentarse en el habitáculo de un coche que condujo con maestría y que le permitió rivalizar con equipos mucho más potentes. Esta unidad Vitara es propiedad ahora del vasco de Zumárraga, Mikel Urkiola, de la empresa Thelmalan que, tras comprarlo en Burgos y llevar a cabo una laboriosa reconstrucción, ha logrado que la denominada “hormiga atómica” luzca como en sus mejores días.
“Está igual que cuando lo pilotábamos”, comentó Solé, “una idea genial que agradezco ya que me ha devuelto a mis mejores años en el automovilismo”. Josep Maria Solé ejerce de agricultor en su Cardona natal y regenta con su familia un negocio de turismo rural.
En el encuentro de aniversario se dieron cita cerca de 60 personas, familiares y amigos que formaron parte de su época de piloto, entre los que estaban sus copilotos Josep Calm, Enric Oller, Miquel Escamilla o Menchu Bosch, y pilotos como Josep Maria Servià, con quien luchó por el título nacional en 1990; el pluricampeón catalán, Jordi Ventura; así como su hermano Carles Solé, con quien debutó en competición en 1980 y que posteriormente alcanzó los títulos nacionales de rallyes de tierra y de raids.
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