Una portavoz de Volvo, Maria Bohlin, indicó que la revisión afecta solamente a la versión de 2005 del XC 90. "Queremos ser extremadamente cuidadosos", subrayó Bohlin, quien indicó que la firma no tiene noticias de que se hayan producido cortocircuitos en los todoterrenos.
El riesgo de que se produzcan cortocircuitos afecta sólo a los XC 90 comercializados en Estados Unidos y Canadá, que necesitan una pieza especial en su batería. Así, pueden producirse cortocircuitos si la batería no está colocada correctamente y entra en contacto con una pieza de metal.
Bohlin declinó precisar qué coste supondrá esta campaña de revisión para Volvo, propiedad del grupo Ford desde el año 1999, aunque la multinacional estadounidense ha iniciado una "revisión estratégica" de la firma de cara a una eventual desinversión.