Uno de cada cinco vehículos vendidos como de ocasión siguen sin ser aptos para circular tras haber pasado por el taller
"Hay que tener cuidado con lo que se compra”, esta es la mayor enseñanza que quiere transmitir el RAC australiano, quien ha advertido a los compradores de vehículos de ocasión de los riesgos de hacer una adquisición a lo loco.
Y es que, según los datos que maneja dicha entidad, el 58% de los vehículos de segunda mano examinados por ella en el mes de enero de 2006 presentan algún tipo de deficiencia, que en el 30% de los casos reviste cierta gravedad.
De los vehículos examinados, continúa el estudio, el 82% presenta deficiencias cuyo arreglo superaría las 200 libras, mientras que los defectos de uno de cada cinco les hace ser no aptos para la circulación.
Los propios portavoces del Consumer Vehicle Examinations del RAC, que ha efectuado el examen, han advertido, a la luz de los resultados, que los compradores podrían estar adquiriendo no sólo vehículos que necesitan ser reparados, sino más bien trampas mortales.
Mientras, otro grupo de reparadores australianos independiente (Accident Solutions Group) ha advertido que existen casos en los que al consumidor se le devuelven vehículos que tras la reparación incorporan airbags usados o frenos, cinturones de seguridad y parabrisas sin sustituir o reparar.
Éstos han promovido otro estudio que analiza las consecuencias de una colisión con un vehículo previamente accidentado y reparado en comparación con el choque de un mismo modelo que no había tenido que recurrir a ninguna reparación. El resultado es que, tras la colisión con el primero, los ocupantes habrían muerto o, al menos, resultado heridos de gravedad, algo que, según estos, no hubiese ocurrido con el segundo vehículo, no envuelto en ningún accidente previamente.
Por todo ello, en distintas instancias se discute sobre la implantación de fórmulas que ayuden a garantizar la calidad las reparaciones, así como las actividades y el papel de las compañías de seguros en el proceso.
No obstante, estudios similares indican que la situación es parecida a la que se vive en Estados Unidos y otros países.
"Hay que tener cuidado con lo que se compra”, esta es la mayor enseñanza que quiere transmitir el RAC australiano, quien ha advertido a los compradores de vehículos de ocasión de los riesgos de hacer una adquisición a lo loco.
Y es que, según los datos que maneja dicha entidad, el 58% de los vehículos de segunda mano examinados por ella en el mes de enero de 2006 presentan algún tipo de deficiencia, que en el 30% de los casos reviste cierta gravedad.
De los vehículos examinados, continúa el estudio, el 82% presenta deficiencias cuyo arreglo superaría las 200 libras, mientras que los defectos de uno de cada cinco les hace ser no aptos para la circulación.
Los propios portavoces del Consumer Vehicle Examinations del RAC, que ha efectuado el examen, han advertido, a la luz de los resultados, que los compradores podrían estar adquiriendo no sólo vehículos que necesitan ser reparados, sino más bien trampas mortales.
Mientras, otro grupo de reparadores australianos independiente (Accident Solutions Group) ha advertido que existen casos en los que al consumidor se le devuelven vehículos que tras la reparación incorporan airbags usados o frenos, cinturones de seguridad y parabrisas sin sustituir o reparar.
Éstos han promovido otro estudio que analiza las consecuencias de una colisión con un vehículo previamente accidentado y reparado en comparación con el choque de un mismo modelo que no había tenido que recurrir a ninguna reparación. El resultado es que, tras la colisión con el primero, los ocupantes habrían muerto o, al menos, resultado heridos de gravedad, algo que, según estos, no hubiese ocurrido con el segundo vehículo, no envuelto en ningún accidente previamente.
Por todo ello, en distintas instancias se discute sobre la implantación de fórmulas que ayuden a garantizar la calidad las reparaciones, así como las actividades y el papel de las compañías de seguros en el proceso.
No obstante, estudios similares indican que la situación es parecida a la que se vive en Estados Unidos y otros países.