Con la instalación de estos dispositivos en determinados vehículos se podrían salvar 115 vidas al año y evitar 568 heridos graves y 2.885 leves. Estos datos se desprenden del estudio “Etilómetros de interrupción del encendido para vehículos automóviles y las evidencias científicas de su eficacia” desarrollado por la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (FITSA) con la colaboración del Centro Zaragoza.
La utilización de los alcolocks contribuye a evitar que los conductores sancionados por conducir bajo los efectos del alcohol puedan ponerse al volante tras superar la tasa de alcohol permitida (0,5 gr./l excepto para profesionales y nóveles que es de 0,3 gr/l.). La reducción del número de accidentes con víctimas es de un 65% entre los conductores que llevan instalado en su vehículo el alcolock.
EN QUÉ CONSISTE
Un dispositivo de interrupción de encendido por detección de alcohol “alcolock” (de Alcohol interLOCK) es un sistema electrónico que se encuentra conectado con los sistemas de potencia, eléctricos y otros, de un vehículo. El alcolock evita o previene el encendido y manejo del vehículo cuando a través de un test de alcoholemia se detecta que el nivel de alcohol en el aire expirado por el conductor supera un determinado valor.
El dispositivo consta de dos partes diferenciadas, por un lado, la que va unida al vehículo (modulo de control) y, por otro, la parte sobre la que se realiza el test de alcoholemia (“etilómetro”). Sin embargo, un programa “alcolock” es algo más que un dispositivo montado en el vehículo ya que se trata de un conjunto de acciones diseñadas para asegurar que aquellos conductores que han sido condenados por alcoholemia no vuelvan a conducir bajo los efectos del alcohol. Para ello se debe contar con programas médicos y de rehabilitación para conductores.
El alcolock puede instalarse en un vehículo de forma voluntaria o coordinado por las administraciones para contribuir a la rehabilitación de conductores con dependencia de alcohol. Su sencillo mecanismo es apto para adaptarse a cualquier vehículo convencional de transporte (turismos, camiones, autobuses, etc)