Los empleados de Hyundai Automotive Group e incluso los proveedores de componentes de la firma se han quejado por las políticas de presión del constructor automovilístico que incita a adquirir vehículos de su marca con el objetivo de mantener las ventas de su filial Kia, cuya demanda experimentó un retroceso del 35,2 por ciento en el mes de febrero.
Según los representantes de los trabajadores, ésta es una práctica generalizada cada vez que el grupo se pasa por dificultades económicas. Las presiones han llegado también a los proveedores, algunos de los cuales se han visto forzados a adquirir vehículos por el temor a perder contratos con el constructor.
Hyundai ha negado la existencia de presiones e investigará si ha podido haber comportamientos abusivos por parte de sus colaboradores comerciales.
Según los representantes de los trabajadores, ésta es una práctica generalizada cada vez que el grupo se pasa por dificultades económicas. Las presiones han llegado también a los proveedores, algunos de los cuales se han visto forzados a adquirir vehículos por el temor a perder contratos con el constructor.
Hyundai ha negado la existencia de presiones e investigará si ha podido haber comportamientos abusivos por parte de sus colaboradores comerciales.