Vehículos de las marcas Mercedes y BMW, todos de gama alta, eran preferentemente los que vendían los socios de una empresa de compraventa de coches, sita en la carretera de Crevillente (Alicante). El producto tenía mucha aceptación. Desgraciadamente, los compradores se encontraron con una desagradable sorpresa cuando, y después de pagar sumas importantes de dinero, descubrieron que no se trataba de meros coches de importación como se les dijo, sino de vehículos robados en Italia, Bélgica y otros países europeos.
Creían tener todos los documentos en regla, tales como ITV, permiso de circulación y matrícula española. Pero, la investigación policial descubrió en mayo de 1999 que los papeles eran confeccionado directa o indirectamente por los socios o utilizados por los mismos a sabiendas de su falsedad.
Los socios y acusados son J. M., vecino de Elche, J. M. P., y M. H, alias Mauro. Este último era el que se encargaba de traer los coches a España o de localizarlos en sus países de origen para que los otros dos fueran a recogerlos. El fiscal considera que los tres son supuestos autores de un delito de receptación y de otro continuado de falsedad en documento oficial y mercantil como medio para cometer un delito, también continuado de estafa.
El representante del Ministerio Público solicita para cada imputado la pena de tres años de prisión por el primer delito y de seis años por el segundo. Asimismo pide una inhabilitación de cinco años para el ejercicio de una profesión relacionada con la compraventa de vehículos. Asimismo, los tres, de forma solidaria, tendrán que indemnizar a seis de los perjudicados que denunciaron los hechos por un valor superior a los 135.000 euros. Por otra parte se solicita que restituyan nueve vehículos a sus propietarios, en la mayoría de los casos a través de sus compañías de seguros.
Creían tener todos los documentos en regla, tales como ITV, permiso de circulación y matrícula española. Pero, la investigación policial descubrió en mayo de 1999 que los papeles eran confeccionado directa o indirectamente por los socios o utilizados por los mismos a sabiendas de su falsedad.
Los socios y acusados son J. M., vecino de Elche, J. M. P., y M. H, alias Mauro. Este último era el que se encargaba de traer los coches a España o de localizarlos en sus países de origen para que los otros dos fueran a recogerlos. El fiscal considera que los tres son supuestos autores de un delito de receptación y de otro continuado de falsedad en documento oficial y mercantil como medio para cometer un delito, también continuado de estafa.
El representante del Ministerio Público solicita para cada imputado la pena de tres años de prisión por el primer delito y de seis años por el segundo. Asimismo pide una inhabilitación de cinco años para el ejercicio de una profesión relacionada con la compraventa de vehículos. Asimismo, los tres, de forma solidaria, tendrán que indemnizar a seis de los perjudicados que denunciaron los hechos por un valor superior a los 135.000 euros. Por otra parte se solicita que restituyan nueve vehículos a sus propietarios, en la mayoría de los casos a través de sus compañías de seguros.
