La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (FACONAUTO) estima que los cerca de cuatro millones de residentes extranjeros en España, con o sin permiso de residencia, han generado un mercado anual de compra-venta de vehículos usados que oscila entre las 380.000 y 400.000 unidades, principalmente de gama medio-baja.
La patronal de los concesionarios explica que la tasa de motorización de la inmigración se sitúa en niveles similares a la española -400 vehículos por cada 1.000 habitantes-, por lo que el mercado potencial de automóviles que pueden adquirir los inmigrantes se calcula en torno a los 1,4 millones de unidades, de los cuales la gran mayoría son vehículos usados.
Según Faconauto, el 95% de los automóviles que los inmigrantes mueven en España son vehículos de segunda mano, con una antigüedad media de entre ocho y nueve años. Además, se trata generalmente de coches amplios, de carácter familiar, con un equipamiento básico y precios reducidos que rondan los 4.000 euros.
Para una renta inmigrante, la compra de un vehículo de ocasión viene a representar el 17% de sus ingresos, mientras que en el caso del vehículo nuevo esta proporción se dispara hasta una cuarta parte de sus renta. Además, la compra mancomunada de un automóvil también es una práctica bastante extendida entre el colectivo inmigrante.
La patronal de los concesionarios asegura que los inmigrantes no sólo están impulsando el desarrollo del mercado de vehículos usados en España, sino que además están generando un mercado de tercera mano, es decir, la venta de un coche de segunda mano. Los concesionarios oficiales comercializan entre el 10 y el 15% de los VO que los inmigrantes adquieren en nuestro país.
Según la Federación, durante el año 2004 se vendieron en España un total de 1,44 millones de coches de segunda mano, un mercado que se ha visto favorecido por el reciente proceso de regularización de inmigrantes, la implantación de la matrícula única y la extensión del plazo de garantía de los vehículos nuevos a dos años. Según datos del INE, el número de inmigrantes ha crecido un 486% desde 1998 y cerca de 500.000 extranjeros se empadronaron en nuestro país durante el pasado año.
Las marcas, por su parte, conscientes de que existe un mercado potencial muy interesante, continúan con su estrategia comercial de producir "coches nicho" por afinidad al público y han comenzado a lanzar modelos específicos para estos colectivos, que se conocen en el argot del sector con el nombre del "coche del inmigrante". Es el caso del Logan, producido por Dacia, una filial rumana de Renault y que se lanzó con el apodo del "coche de los 5.000 euros", aunque su precio final ha resultado algo mayor y se publicita actualmente por un precio de "siete mil y pico euros".
Faconauto estima que el mercado de la inmigración puede resultar especialmente atractivo para los fabricantes chinos e indios que, aunque todavía no cumplen los requisitos de medio ambiente Euro 4 ni los estándares de seguridad europeos, pueden encontrar a medio plazo en este tipo de colectivo buena parte de su público comprador. El fabricante chino Geely ha anunciado que la entrada de sus automóviles se producirá en el plazo de dos años aproximadamente, una vez cumplan con todos los requisitos exigidos por la Unión Europea.
Según el presidente de la federación, Antonio Romero-Haupold, "la entrada de las marcas chinas no restará ventas al mercado español sino que éste crecerá "por abajo" y, en todo caso, robará ventas al mercado de usados en zonas como Extremadura o Andalucía, donde competirá con ellos en precio. El precio de un coche chino se sitúa entre los 4.000 y 6.000 euros".
La patronal de los concesionarios explica que la tasa de motorización de la inmigración se sitúa en niveles similares a la española -400 vehículos por cada 1.000 habitantes-, por lo que el mercado potencial de automóviles que pueden adquirir los inmigrantes se calcula en torno a los 1,4 millones de unidades, de los cuales la gran mayoría son vehículos usados.
Según Faconauto, el 95% de los automóviles que los inmigrantes mueven en España son vehículos de segunda mano, con una antigüedad media de entre ocho y nueve años. Además, se trata generalmente de coches amplios, de carácter familiar, con un equipamiento básico y precios reducidos que rondan los 4.000 euros.
Para una renta inmigrante, la compra de un vehículo de ocasión viene a representar el 17% de sus ingresos, mientras que en el caso del vehículo nuevo esta proporción se dispara hasta una cuarta parte de sus renta. Además, la compra mancomunada de un automóvil también es una práctica bastante extendida entre el colectivo inmigrante.
La patronal de los concesionarios asegura que los inmigrantes no sólo están impulsando el desarrollo del mercado de vehículos usados en España, sino que además están generando un mercado de tercera mano, es decir, la venta de un coche de segunda mano. Los concesionarios oficiales comercializan entre el 10 y el 15% de los VO que los inmigrantes adquieren en nuestro país.
Según la Federación, durante el año 2004 se vendieron en España un total de 1,44 millones de coches de segunda mano, un mercado que se ha visto favorecido por el reciente proceso de regularización de inmigrantes, la implantación de la matrícula única y la extensión del plazo de garantía de los vehículos nuevos a dos años. Según datos del INE, el número de inmigrantes ha crecido un 486% desde 1998 y cerca de 500.000 extranjeros se empadronaron en nuestro país durante el pasado año.
Las marcas, por su parte, conscientes de que existe un mercado potencial muy interesante, continúan con su estrategia comercial de producir "coches nicho" por afinidad al público y han comenzado a lanzar modelos específicos para estos colectivos, que se conocen en el argot del sector con el nombre del "coche del inmigrante". Es el caso del Logan, producido por Dacia, una filial rumana de Renault y que se lanzó con el apodo del "coche de los 5.000 euros", aunque su precio final ha resultado algo mayor y se publicita actualmente por un precio de "siete mil y pico euros".
Faconauto estima que el mercado de la inmigración puede resultar especialmente atractivo para los fabricantes chinos e indios que, aunque todavía no cumplen los requisitos de medio ambiente Euro 4 ni los estándares de seguridad europeos, pueden encontrar a medio plazo en este tipo de colectivo buena parte de su público comprador. El fabricante chino Geely ha anunciado que la entrada de sus automóviles se producirá en el plazo de dos años aproximadamente, una vez cumplan con todos los requisitos exigidos por la Unión Europea.
Según el presidente de la federación, Antonio Romero-Haupold, "la entrada de las marcas chinas no restará ventas al mercado español sino que éste crecerá "por abajo" y, en todo caso, robará ventas al mercado de usados en zonas como Extremadura o Andalucía, donde competirá con ellos en precio. El precio de un coche chino se sitúa entre los 4.000 y 6.000 euros".