Los sistemas de seguridad que impiden activar explosivos afectan al cierre, el encendido y la alarma de los vehículos. Según una información del diario Metro Madrid, las averías provocadas por los inhibidores de frecuencias se están multiplicando. Estos sistemas barren todas las ondas electromagnéticas en un determinado radio y se usan por motivos de seguridad. El problema es que afectan a todos los sistemas inalámbricos, desde la telefonía móvil hasta las alarmas, pero, sobre todo, a las llaves de tarjeta electrónica que incorporan muchos coches modernos.
La Asociación de Talleres de Reparación de Madrid reconoce que este tipo de averías se ha convertido en un creciente problema para sus propietarios, dado que, además, estos barredores de frecuencia también se mueven, por ejemplo, en los coches oficiales. En algunos casos queda inutilizado el sistema electrónico de apertura, en otros el de arranque y, a veces, los propietarios se encuentran abierto el coche que dejaron cerrado. Esta vulnerabilidad de los cierres electrónicos ha provocado que los inhibidores de frecuencias sean una herramienta con un creciente uso entre los ladrones más refinados. Tienen la ventaja de que, además de facilitar la apertura de vehículos, pueden inutilizar algunos tipos de alarma. La policía admite que los casos se vienen multiplicando.
Mandos de apertura centralizada que no funcionan, llaves de tarjeta electrónica que no arrancan el coche, alarmas que no están operativas o que saltan cuando se abre el vehículo y es imposible apagarlas... Según ha podido saber Metro Directo, durante estos meses, y sobre todo en las dos últimas semanas, han aumentado de forma espectacular en Madrid las averías achacables a estos aparatos inhibidores que se utilizan casi siempre por motivos de seguridad y que barren las ondas electromagnéticas inutilizando los dispositivos basados en sistemas inalámbricos.
Ramón Marcos, presidente de Asetra, reconoce que están detectando un auténtico goteo de casos. Los conductores se ven obligados, en muchas ocasiones, a llamar a una grúa porque los inhibidores descodifican el sistema electrónico del vehículo. La solución, asegura, no baja de los 40 euros.
La Asociación de Talleres de Reparación de Madrid reconoce que este tipo de averías se ha convertido en un creciente problema para sus propietarios, dado que, además, estos barredores de frecuencia también se mueven, por ejemplo, en los coches oficiales. En algunos casos queda inutilizado el sistema electrónico de apertura, en otros el de arranque y, a veces, los propietarios se encuentran abierto el coche que dejaron cerrado. Esta vulnerabilidad de los cierres electrónicos ha provocado que los inhibidores de frecuencias sean una herramienta con un creciente uso entre los ladrones más refinados. Tienen la ventaja de que, además de facilitar la apertura de vehículos, pueden inutilizar algunos tipos de alarma. La policía admite que los casos se vienen multiplicando.
Mandos de apertura centralizada que no funcionan, llaves de tarjeta electrónica que no arrancan el coche, alarmas que no están operativas o que saltan cuando se abre el vehículo y es imposible apagarlas... Según ha podido saber Metro Directo, durante estos meses, y sobre todo en las dos últimas semanas, han aumentado de forma espectacular en Madrid las averías achacables a estos aparatos inhibidores que se utilizan casi siempre por motivos de seguridad y que barren las ondas electromagnéticas inutilizando los dispositivos basados en sistemas inalámbricos.
Ramón Marcos, presidente de Asetra, reconoce que están detectando un auténtico goteo de casos. Los conductores se ven obligados, en muchas ocasiones, a llamar a una grúa porque los inhibidores descodifican el sistema electrónico del vehículo. La solución, asegura, no baja de los 40 euros.