La carga fiscal que soporta el automóvil en España excede los costes externos que genera el sector y supone un obstáculo para el desarrollo del mercado y la competitividad, según el informe "Panorama y perspectivas de la industria del automóvil", elaborado por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
El informe, según indica Europa Press, califica de "enorme" la carga fiscal que soporta al sector del automóvil, que el pasado año aportó a las arcas del Estado y de las comunidades autónomas 21.100 millones de euros.
La mayor parte de la recaudación corresponde a los impuestos especiales sobre la adquisición de vehículos (Impuesto de Matriculación) y sobre el carburante, que suman 12.700 millones de euros. De su lado, los ingresos por el IVA que grava tanto la adquisición de automóviles como los combustibles ascendieron a 6.200 millones de euros el pasado año.
"Teniendo en cuenta que la armonización fiscal en el seno de la Unión Europea va a ser difícil de alcanzar a medio plazo, la política fiscal española sobre los vehículos a motor supone un factor clave para la competitividad de la industria instalada en su territorio", añade el informe.
Anfac argumenta que en comparación con los otros cuatro grandes países productores de la UE (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido), la situación en España es "marcadamente desfavorable para el potencial adquiriente de vehículos".
Comprar un coche en España tiene un coste fiscal de hasta el 28% de su precio
Así, en España el coste fiscal de la compra de un vehículo se sitúa entre el 23% y el 28% sobre el precio, dependiendo de la cilindrada y del carburante, lo que supone una diferencia desfavorable de entre el 5% y el 10% respecto a los principales fabricantes europeos.
"Esta situación es incongruente con un país que quiere seguir manteniendo una gran industria de automóviles y con la realidad de un parque todavía insuficiente y en gran medida envejecido", añade la asociación de fabricantes.
Finalmente, el informe recuerda que la Comisión Europea ha manifestado la necesidad de eliminar totalmente los impuestos sobre la adquisición de vehículos y la introducción de elementos que tengan en cuenta las implicaciones medioambientales en la transferencia hacia la imposición por el uso.
El informe, según indica Europa Press, califica de "enorme" la carga fiscal que soporta al sector del automóvil, que el pasado año aportó a las arcas del Estado y de las comunidades autónomas 21.100 millones de euros.
La mayor parte de la recaudación corresponde a los impuestos especiales sobre la adquisición de vehículos (Impuesto de Matriculación) y sobre el carburante, que suman 12.700 millones de euros. De su lado, los ingresos por el IVA que grava tanto la adquisición de automóviles como los combustibles ascendieron a 6.200 millones de euros el pasado año.
"Teniendo en cuenta que la armonización fiscal en el seno de la Unión Europea va a ser difícil de alcanzar a medio plazo, la política fiscal española sobre los vehículos a motor supone un factor clave para la competitividad de la industria instalada en su territorio", añade el informe.
Anfac argumenta que en comparación con los otros cuatro grandes países productores de la UE (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido), la situación en España es "marcadamente desfavorable para el potencial adquiriente de vehículos".
Comprar un coche en España tiene un coste fiscal de hasta el 28% de su precio
Así, en España el coste fiscal de la compra de un vehículo se sitúa entre el 23% y el 28% sobre el precio, dependiendo de la cilindrada y del carburante, lo que supone una diferencia desfavorable de entre el 5% y el 10% respecto a los principales fabricantes europeos.
"Esta situación es incongruente con un país que quiere seguir manteniendo una gran industria de automóviles y con la realidad de un parque todavía insuficiente y en gran medida envejecido", añade la asociación de fabricantes.
Finalmente, el informe recuerda que la Comisión Europea ha manifestado la necesidad de eliminar totalmente los impuestos sobre la adquisición de vehículos y la introducción de elementos que tengan en cuenta las implicaciones medioambientales en la transferencia hacia la imposición por el uso.