"Las innovaciones en seguridad son buenas, pero también actúan como trabas al extraer a un herido", afirman. Señalan que hoy resulta difícil saber dónde esta colocada la batería y que su desactivación es previa a cualquier intento de rescate.
En ocasiones los bomberos se topan con carrocerías que no pueden cortar por la dureza de los materiales.
Tienen una de las profesiones más visibles y llamativas. Su trabajo resulta imprescindible y, en muchos casos, vital. Y, por si fuera poco, hasta el uniforme que utilizan está diseñado para captar miradas. Sin embargo, pasan desapercibidos porque quienes deben verlos están demasiado conmocionados. Son los profesionales encargados del rescate de las personas que quedan atrapadas en sus vehículos a causa de un accidente. Desde esa responsabilidad, informa el diario El Correo, este colectivo acaba de realizar un llamamiento unitario a la industria del motor para que le mantenga informado -a través del Gobierno- de los avances que incorporan a sus automóviles con el fin de mejorar la eficacia de las extracciones y evitar percances como la repentina activación de airbags en mitad de un rescate o el hecho de enfrentarse a metales tan duros como sus herramientas.
Son bomberos, y su labor ha cambiado mucho en los últimos cuarenta años. "Ya no somos el señor que va con la manguera a apagar incendios -dicen-. Nuestra actividad es ahora más amplia y exige mucha preparación". Además de extinguir las llamas, varios centenares componen la Asociación Profesional de Rescate en Accidentes de Tráfico (APRAT). Tiene por objetivo perfeccionar las tareas de excarcelación, que resultan mucho más complejas de lo que aparentan a primera vista. Hay que actuar a contrarreloj y "tomar decisiones rápidas" en esa línea "muy frágil" que separa la vida de la muerte. El trabajo en equipo es fundamental, las emociones ante el sufrimiento "están a flor de piel" y el escenario en que se mueven "jamás es el mismo".
Pero, al margen de estas circunstancias, hay otros factores externos que dificultan su labor. Entre ellos -y aunque suene a paradoja- la seguridad pasiva de los coches encabeza la lista. "Las innovaciones en materia de seguridad, como los airbags y los refuerzos en la estructura condicionan las maniobras de rescate", explica Jesús Martínez, vicepresidente de APRAT.
Según la experiencia que comparten los rescatadores, estos nuevos elementos de protección "son muy útiles", pero también "actúan como trabas a la hora de sacar a los heridos del habitáculo". De este modo, aunque la asociación ve con muy buenos ojos "las grandes inversiones que se hacen para aumentar los mecanismos de seguridad", critica la "falta de información" acerca de ellos y pide a los fabricantes de coches que les proporcionen «los datos necesarios para poder hacer bien el trabajo».
Evitar sorpresas
Algo tan simple como la ubicación de una batería puede desencadenar un desastre. "Antes siempre estaban debajo del capó y era muy fácil encontrarlas. Ahora están colocadas en sitios diferentes, que varían según la marca o el modelo del coche. A veces se encuentran debajo de los pies del acompañante; otras, en el maletero y, en algunos casos, hay más de una, que funcionan de manera independiente", describe Martínez.
El resultado es que se dificulta el hallazgo de las piezas, se ralentiza el tiempo de maniobra y "se pone en peligro a las personas involucradas", víctimas y bomberos. "Si no desconectamos las baterías del coche pueden producirse combustiones o dispararse algún airbag accidentalmente, hiriendo a la gente", señala. "Y esto es sólo un ejemplo. Los servicios de emergencia tienen que conocer esos elementos para evitar sorpresas".
A ese objetivo se encamina la comisión, ya en marcha, que reúne a "los fabricantes de coches, a los bomberos y a la Administración" y en la que los rescatadores quieren incluir a la Dirección General de Tráfico "como brazo vertebrador porque su papel es fundamental. Su participación le dará formalidad al grupo de trabajo y hará posible establecer algunos procedimientos", sostiene el vicepresidente de APRAT.
De hecho, esta asociación prevé elevar al citado comité la necesidad de crear una base de datos con toda la información técnica que requieran los servicios de emergencia en torno a las modificaciones y adelantos incorporados en los nuevos vehículos. Lo "ideal" sería que, al llegar al lugar del accidente, los bomberos pudieran "acceder a esos documentos 'in situ'", introduciendo palabras clave de búsqueda, como la marca y el modelo del coche.
Herramientas
Pero hay otro sector que "debe tener acceso a esta base: los fabricantes de herramientas", que en muchas ocasiones se dan de bruces con novedades inesperadas para las que carecen de respuesta. Los instrumentos que utilizan los bomberos para una excarcelación son específicos, y quienes los fabrican "han tenido que espabilarse a la fuerza" para ajustarlos a los nuevos automóviles. "Siempre vamos un paso por detrás y eso no puede ser".
Como ejemplo, Jesús Martínez recuerda una ocasión en la que varios compañeros suyos intentaban cortar una carrocería para liberar al accidentado. "Hacíamos todo lo posible, pero el metal continuaba intacto". Poco después descubrieron que el acero reforzado del coche era exactamente igual al de la hoja de la sierra. "Si hubiéramos tenido esa información de antemano, los fabricantes de herramientas podrían haber diseñado una sierra distinta", razona. "Y nosotros, por supuesto, habríamos rescatado a la víctima con más rapidez".
La APRAT reconoce que "los servicios de emergencia españoles están a la cola de la UE" en cuanto a velocidad de rescate. No obstante, hace una aclaración: "Una vez que te encuentras en el lugar, la rapidez no siempre es lo más importante. El tiempo siempre te lo marcará la víctima". Diez minutos, dos horas ¿Y qué pasa con el herido en ese lapso? "Si está consciente, alguien del equipo permanecerá siempre a su lado para hablarle y tranquilizarle. Establecer un contacto auditivo, visual y táctil es imprescindible para la víctima".
En ocasiones los bomberos se topan con carrocerías que no pueden cortar por la dureza de los materiales.
Tienen una de las profesiones más visibles y llamativas. Su trabajo resulta imprescindible y, en muchos casos, vital. Y, por si fuera poco, hasta el uniforme que utilizan está diseñado para captar miradas. Sin embargo, pasan desapercibidos porque quienes deben verlos están demasiado conmocionados. Son los profesionales encargados del rescate de las personas que quedan atrapadas en sus vehículos a causa de un accidente. Desde esa responsabilidad, informa el diario El Correo, este colectivo acaba de realizar un llamamiento unitario a la industria del motor para que le mantenga informado -a través del Gobierno- de los avances que incorporan a sus automóviles con el fin de mejorar la eficacia de las extracciones y evitar percances como la repentina activación de airbags en mitad de un rescate o el hecho de enfrentarse a metales tan duros como sus herramientas.
Son bomberos, y su labor ha cambiado mucho en los últimos cuarenta años. "Ya no somos el señor que va con la manguera a apagar incendios -dicen-. Nuestra actividad es ahora más amplia y exige mucha preparación". Además de extinguir las llamas, varios centenares componen la Asociación Profesional de Rescate en Accidentes de Tráfico (APRAT). Tiene por objetivo perfeccionar las tareas de excarcelación, que resultan mucho más complejas de lo que aparentan a primera vista. Hay que actuar a contrarreloj y "tomar decisiones rápidas" en esa línea "muy frágil" que separa la vida de la muerte. El trabajo en equipo es fundamental, las emociones ante el sufrimiento "están a flor de piel" y el escenario en que se mueven "jamás es el mismo".
Pero, al margen de estas circunstancias, hay otros factores externos que dificultan su labor. Entre ellos -y aunque suene a paradoja- la seguridad pasiva de los coches encabeza la lista. "Las innovaciones en materia de seguridad, como los airbags y los refuerzos en la estructura condicionan las maniobras de rescate", explica Jesús Martínez, vicepresidente de APRAT.
Según la experiencia que comparten los rescatadores, estos nuevos elementos de protección "son muy útiles", pero también "actúan como trabas a la hora de sacar a los heridos del habitáculo". De este modo, aunque la asociación ve con muy buenos ojos "las grandes inversiones que se hacen para aumentar los mecanismos de seguridad", critica la "falta de información" acerca de ellos y pide a los fabricantes de coches que les proporcionen «los datos necesarios para poder hacer bien el trabajo».
Evitar sorpresas
Algo tan simple como la ubicación de una batería puede desencadenar un desastre. "Antes siempre estaban debajo del capó y era muy fácil encontrarlas. Ahora están colocadas en sitios diferentes, que varían según la marca o el modelo del coche. A veces se encuentran debajo de los pies del acompañante; otras, en el maletero y, en algunos casos, hay más de una, que funcionan de manera independiente", describe Martínez.
El resultado es que se dificulta el hallazgo de las piezas, se ralentiza el tiempo de maniobra y "se pone en peligro a las personas involucradas", víctimas y bomberos. "Si no desconectamos las baterías del coche pueden producirse combustiones o dispararse algún airbag accidentalmente, hiriendo a la gente", señala. "Y esto es sólo un ejemplo. Los servicios de emergencia tienen que conocer esos elementos para evitar sorpresas".
A ese objetivo se encamina la comisión, ya en marcha, que reúne a "los fabricantes de coches, a los bomberos y a la Administración" y en la que los rescatadores quieren incluir a la Dirección General de Tráfico "como brazo vertebrador porque su papel es fundamental. Su participación le dará formalidad al grupo de trabajo y hará posible establecer algunos procedimientos", sostiene el vicepresidente de APRAT.
De hecho, esta asociación prevé elevar al citado comité la necesidad de crear una base de datos con toda la información técnica que requieran los servicios de emergencia en torno a las modificaciones y adelantos incorporados en los nuevos vehículos. Lo "ideal" sería que, al llegar al lugar del accidente, los bomberos pudieran "acceder a esos documentos 'in situ'", introduciendo palabras clave de búsqueda, como la marca y el modelo del coche.
Herramientas
Pero hay otro sector que "debe tener acceso a esta base: los fabricantes de herramientas", que en muchas ocasiones se dan de bruces con novedades inesperadas para las que carecen de respuesta. Los instrumentos que utilizan los bomberos para una excarcelación son específicos, y quienes los fabrican "han tenido que espabilarse a la fuerza" para ajustarlos a los nuevos automóviles. "Siempre vamos un paso por detrás y eso no puede ser".
Como ejemplo, Jesús Martínez recuerda una ocasión en la que varios compañeros suyos intentaban cortar una carrocería para liberar al accidentado. "Hacíamos todo lo posible, pero el metal continuaba intacto". Poco después descubrieron que el acero reforzado del coche era exactamente igual al de la hoja de la sierra. "Si hubiéramos tenido esa información de antemano, los fabricantes de herramientas podrían haber diseñado una sierra distinta", razona. "Y nosotros, por supuesto, habríamos rescatado a la víctima con más rapidez".
La APRAT reconoce que "los servicios de emergencia españoles están a la cola de la UE" en cuanto a velocidad de rescate. No obstante, hace una aclaración: "Una vez que te encuentras en el lugar, la rapidez no siempre es lo más importante. El tiempo siempre te lo marcará la víctima". Diez minutos, dos horas ¿Y qué pasa con el herido en ese lapso? "Si está consciente, alguien del equipo permanecerá siempre a su lado para hablarle y tranquilizarle. Establecer un contacto auditivo, visual y táctil es imprescindible para la víctima".