La prensa local bilbaína se hacía eco en su edición de ayer de las aglomeraciones que se están produciendo en los talleres mecánicos de la ciudad con motivo de las revisiones pre-vacacionales.
Los talleres de reparación de Bilbao están colapsados por la cantidad de conductores que piden una puesta a punto antes de salir de vacaciones, afirmaba ayer el diario 20 Minutos. Hasta una semana hay que esperar para ser atendido en los centros oficiales, apuntalaba.
Es un cuello de botella: «la gente espera al último momento y el taller no da abasto, aunque se hagan horas extras», explica Roberto Calvo, jefe de posventa de una de las principales marcas de automóviles en Vizcaya.
La revisión cuesta una media de 200 euros, pero puede llegar a los 300, y las esperas oscilan entre los tres días y una semana, según el taller. El responsable de otro de Bilbao, Ignacio Egiluz, explica que la cola es más corta para revisiones y más larga para reparaciones.
Además, en julio se estrujan los coches en el taller por otro motivo, según resalta Roberto Calvo. Muchos conductores que tienen que hacer la revisión obligatoria del coche en primavera «aguantan unos meses más y nos traen el coche antes de vacaciones. Así hacen dos en uno, y se ahorran una visita al taller», dice.
Ambos coinciden en que o se encuentra un taller que haga la revisión a tiempo o hay que marcharse sin tener el coche a punto.
Lo más demandado, la seguridad
La puesta a punto de un coche se hace a todos los niveles, pero el responsable de un taller oficial en Bilbao detecta que en lo que más insisten los clientes es en que se revisen los elementos de seguridad. Frenos, neumáticos o dirección son los servicios más demandados. Por igual precio, se controlan niveles, bujías o la batería. Lo que no suele dar averías es el aire acondicionado. Eso sí, para la revisión en la ITV, no hay esperas. Es una época de escasas inspecciones técnicas.
Los talleres de reparación de Bilbao están colapsados por la cantidad de conductores que piden una puesta a punto antes de salir de vacaciones, afirmaba ayer el diario 20 Minutos. Hasta una semana hay que esperar para ser atendido en los centros oficiales, apuntalaba.
Es un cuello de botella: «la gente espera al último momento y el taller no da abasto, aunque se hagan horas extras», explica Roberto Calvo, jefe de posventa de una de las principales marcas de automóviles en Vizcaya.
La revisión cuesta una media de 200 euros, pero puede llegar a los 300, y las esperas oscilan entre los tres días y una semana, según el taller. El responsable de otro de Bilbao, Ignacio Egiluz, explica que la cola es más corta para revisiones y más larga para reparaciones.
Además, en julio se estrujan los coches en el taller por otro motivo, según resalta Roberto Calvo. Muchos conductores que tienen que hacer la revisión obligatoria del coche en primavera «aguantan unos meses más y nos traen el coche antes de vacaciones. Así hacen dos en uno, y se ahorran una visita al taller», dice.
Ambos coinciden en que o se encuentra un taller que haga la revisión a tiempo o hay que marcharse sin tener el coche a punto.
Lo más demandado, la seguridad
La puesta a punto de un coche se hace a todos los niveles, pero el responsable de un taller oficial en Bilbao detecta que en lo que más insisten los clientes es en que se revisen los elementos de seguridad. Frenos, neumáticos o dirección son los servicios más demandados. Por igual precio, se controlan niveles, bujías o la batería. Lo que no suele dar averías es el aire acondicionado. Eso sí, para la revisión en la ITV, no hay esperas. Es una época de escasas inspecciones técnicas.
