La piratería y falsificación de productos que ha dañado a la industria europea durante más de una década, ha empezado a afectar también a las marcas chinas, según expertos del sector citados en el último boletín de la Cámara de Comercio de la UE en China.
El número de bienes pirata que atravesó las fronteras de la Unión Europea "aumentó en un 900 por ciento" durante la última década, y muchos de estos productos vienen de Asia, según Philip Bartley, experto del Programa de Protección Intelectual entre la UE y China.
Las falsificaciones, que no sólo afectan a productos de lujo, sino también ropa, juguetes, teléfonos, recambios de coche, colonias e incluso comida, provocan "enormes" pérdidas a las empresas extranjeras.
"La situación está empeorando", según Bartley, quien considera que las leyes de protección intelectual existentes en China son muy buenas, "su problema es la aplicación", ya que las autoridades locales y las fuerzas del orden hacen la vista gorda.
En China, el sector privado, principal motor de la economía, es el más afectado, a medida que los competidores copian y falsifican productos y servicios, siempre de menor calidad, lo que puede provocar también graves problemas a los consumidores, como en el caso de las piezas de repuesto de coche o medicinas falsas.
El secretario general de la Interpol desveló recientemente un nuevo motivo de preocupación al advertir que "cada vez hay más conexiones entre las bandas que venden bienes falsificados y la financiación del terrorismo internacional".
El número de bienes pirata que atravesó las fronteras de la Unión Europea "aumentó en un 900 por ciento" durante la última década, y muchos de estos productos vienen de Asia, según Philip Bartley, experto del Programa de Protección Intelectual entre la UE y China.
Las falsificaciones, que no sólo afectan a productos de lujo, sino también ropa, juguetes, teléfonos, recambios de coche, colonias e incluso comida, provocan "enormes" pérdidas a las empresas extranjeras.
"La situación está empeorando", según Bartley, quien considera que las leyes de protección intelectual existentes en China son muy buenas, "su problema es la aplicación", ya que las autoridades locales y las fuerzas del orden hacen la vista gorda.
En China, el sector privado, principal motor de la economía, es el más afectado, a medida que los competidores copian y falsifican productos y servicios, siempre de menor calidad, lo que puede provocar también graves problemas a los consumidores, como en el caso de las piezas de repuesto de coche o medicinas falsas.
El secretario general de la Interpol desveló recientemente un nuevo motivo de preocupación al advertir que "cada vez hay más conexiones entre las bandas que venden bienes falsificados y la financiación del terrorismo internacional".