La edición 2013 del Ecodesafío Bun by Duster creado por Lucas Cruz y Nacho Salvador ha finalizado con éxito. Una semana de aventuras en la que la navegación y el consumo han sido los protagonistas, en un evento para todos los públicos dada la gran variedad de vehículos participantes, así como por el perfil de sus conductores, que iban desde antiguos participantes en el Dakar hasta personas que visitaban Marruecos por primera vez.
El principal objetivo que ha conseguido el Ecodesafío Burn by Duster es convertirse en una aventura que cuida las mecánicas, ya que todos los vehículos han vuelto a sus casas en perfecto estado, rompiendo el mito de que ir a Marruecos significa volver con el coche destrozado.
Pero eso no significa que el Ecodesafío Burn by Duster haya sido fácil. Unas pistas con mucho fesh-fesh hicieron que los conductores tuvieran que emplearse a fondo, aunque el trabajo más duro en este evento era para los copilotos, que debían enfrentarse a complicadísimas pruebas de navegación. Uno de los participantes, con muchísima experiencia en el desierto, afirmaba al finalizar la primera etapa que “yo pensaba que veníamos a una cosa facilita, pero después de lo visto hoy me he dado cuenta que tenemos que ponernos mucho las pilas. Nunca había participado en un evento en el que la navegación fuese tan complicada”.
Y es que el Ecodesafío Burn by Duster está diseñado con un formato que permite que cualquier persona, con o sin experiencia en navegación, pueda realizar los recorridos, gracias a los puntos que llevan cargados en los GPS que la organización monta en todos los coches. Sin embargo, estos sólo marcan el camino más sencillo, ya que en muchos puntos hay que abandonar la pista principal para buscar waypoints escondidos que, en caso de no pasarse, implican penalizaciones tanto en la clasificación de navegación como en la de consumo. Ver coches dando vueltas en medio del desierto buscando estos puntos fue la tónica habitual del evento.
La primera jornada comenzó a marcar diferencias en un recorrido en el que había que seguir un libro de ruta, similar al que se utiliza en pruebas como el Dakar, pero que en algunos puntos obligaba a salirse de la pista para navegar “a rumbo”. Era muy importante tener las cosas claras y no fiarse de lo que hicieran los demás, ya que en algunos sitios se rodaba en paralelo y en sentido contrario, lo que creo bastante confusión entre los participantes. Tanto se complicó la navegación que sólo tres equipos consiguieron finalizar el día sin penalizar por exceder el tiempo máximo de la jornada y ningún participante llegó al final pasando por todos los puntos de paso escondidos planteados por la organización.
La segunda etapa era una vuelta a los orígenes. Para cubrir el recorrido los participantes recibían un mapa pintado a mano con algunas referencias como cruces, pozos, palmeras, ríos secos, etc… El mapa contaba con una escala y una orientación geográfica, con lo que los navegantes debían echar mano de la regla y del transportador de ángulos para calcular tanto las distancias como los rumbos, en una jornada en la que se hacía algún complicado fuera de pista en el que variar el rumbo correcto unos grados significaba desviarse de la ruta correcta y penalizar. Fue la etapa que más gustó a todos.
Tercer día largo, pero sencillo, con un formato en el que había que completar un recorrido uniendo una serie de puntos GPS en el orden establecido por la organización. La mayoría optó por la prudencia, mientras los más arriesgados optaron por recortar lo máximo posible entre los puntos, cayendo en trampas en forma de caminos sin salida que les obligaban a hacer muchos más kilómetros. Esta tercera jornada destacaba también por los lugares que se visitaban, ya que comenzaba desde la conocida Montaña de la Momia, un espectacular paraje en el que se han rodado no pocas películas. Luego se pasaba por la Ciudad Pérdida, conocida en la zona como “La Kashba del Portugués”, pues cuentan que en esa pequeña ciudad vivían unos portugueses que controlaban el paso de las caravanas que venían desde el sur. Y como colofón al día, se pasaba la noche en un campamento de haimas junto a las dunas de Ouzina, donde se pudo disfrutar de una velada al calor del fuego y bajo un impresionante manto de estrellas.
El libro de ruta volvía a ser el protagonista de la cuarta jornada, que llevaba hasta Merzouga, con una mezcla de simbología tradicional y rumbos, que puso en duros aprietos a los participantes, quienes tras tres días de aventura comenzaron a agudizar el ingenio para marcar el recorrido correcto. Muy cerca de la salida estaba uno de los puntos más complicados de encontrar, consistente en rodear una montaña buscando pistas casi desaparecidas. Uno de los participantes optó por “contratar” a un chaval de un pueblo cercano para poder buscar este punto subido en la moto de éste mientras dejaba su vehículo detenido para que no sumase metros en el GPS.
El punto final lo ponía una etapa de estrategia en la que los participantes recibían 23 puntos GPS que debían unir en el orden que ellos determinasen. Una buena planificación antes de salir resultaba fundamental, como demostró que el equipo que tardó más en iniciar la marcha (estuvieron casi una hora planificando la ruta), fue el que menos metros sumó en esa etapa.
En lo que a las clasificaciones se refiere, el equipo formado por Alex Planas y Natalia Pina hacía valer su experiencia de haber participado en la edición anterior, así como en el Ecodesafío celebrado en Cuenca en Mayo, para conseguir la primera plaza gracias a una navegación que rozó la perfección en algunas etapas. Tras ellos se situaban el equipo Boix/Boix/Martín y Belloso/de Miguel. Por categorías, Planas/Pina se imponían entre los TT; Barba y Rentero ganaban entre los SUV con su Dacia Duster 4x4; Belloso y De Miguel se anotaban la categoría de bugguies con su Polaris; y Morales/Wise ganaban la categoría de dos ruedas motrices con su Dacia Duster 4x2 de gasolina, que superó como un jabato todas las dificultades del recorrido.
Ecodesafío Burn by Duster 2013 ha finalizado dejando un excelente sabor de boca a quienes han acudido a la convocatoria, que vuelven a casa con una excelente experiencia, muchas anécdotas que contar y, sobre todo, las ganas de repetir en 2014, edición en la que la organización ha comenzado a trabajar ya y que volverá a Marruecos en el mes de noviembre. Antes, quienes quieran conocer el evento podrán hacerlo participando en los Ecodesafío que se van a organizar en Almería a principios del mes de marzo y en Cuenca a finales de abril.
Más información: www.ecodesafio.com