El Centro de Educación Vial de Griñón ha sido elegido por la Comunidad de Madrid para desarrollar un programa piloto a través del cual los colegios recibirán clases de educación vial en la primera autoescuela infantil homologada en España, por las que pasarán más de 500 niños de 7 y 8 años.
De momento, la experiencia se va a probar en 10 colegios públicos de la zona sur de Madrid, que hasta el 8 de noviembre pasarán por las instalaciones para aprender educación vial, pero espera poder extenderse al resto de los colegios públicos de Madrid.
Esta iniciativa innovadora pretende fomentar la práctica de comportamientos viales adecuados en los más pequeños, convirtiéndolos en buenos peatones y mejores conductores en el futuro, a través de formación en el único centro especializado en la educación vial infantil de la Comunidad de Madrid, ubicado el paseo de la Mina, 9 de Griñón. La Consejería de Educación ha seleccionado para esta experiencia a 10 colegios pertenecientes a sendas localidades de la zona sur de Madrid: El Álamo, Moraleja de En medio, Casarrubuelos, Humanes de Madrid, Serranillos del Valle, Alcorcón, Getafe, Valdemoro, Móstoles y Fuenlabrada.
Cada municipio asistirá a una jornada de educación vial que, en grupos de 50 alumnos de 7 y 8 años, se desarrollarán en tres áreas, destinadas a reforzar el conocimiento de los más pequeños sobre los diversos comportamientos que se dan en la vía. A través de diversas actividades les enseñarán a comportarse como peatones, conductores y ciclistas, de forma que los más pequeños reciben una formación práctica y real del papel que juega cada uno de estos elementos en la circulación, y como a través del respeto entre ellos pueden evitarse accidentes.
La práctica se divide en tres grupos. Por un lado se les da una clase visual, en la que mediante un juego de situación aprenden el concepto de vía pública y los elementos que intervienen en la misma. Por otro lado está el circuito de prácticas viales, en el que mediante vehículos biplaza de motor se simulan situaciones de tráfico reales con todos los componentes (peatones, conductores y ciclistas).
La formación sigue con un taller vial en el que mediante un juego de imanes los alumnos crearán una situación de tráfico, construyendo su propia ciudad. La jornada concluye con un ejercico de reflexión que los escolares se llevan a casa a modo de manual, con el que se pretende concienciar a los padres de la importancia de su implicación para que los hijos aprendan educación vial. Todos estos talleres están coordinados por profesores de autoescuela, que en este centro se han especializado en acercar la educación vial a los menores.
De momento, la experiencia se va a probar en 10 colegios públicos de la zona sur de Madrid, que hasta el 8 de noviembre pasarán por las instalaciones para aprender educación vial, pero espera poder extenderse al resto de los colegios públicos de Madrid.
Esta iniciativa innovadora pretende fomentar la práctica de comportamientos viales adecuados en los más pequeños, convirtiéndolos en buenos peatones y mejores conductores en el futuro, a través de formación en el único centro especializado en la educación vial infantil de la Comunidad de Madrid, ubicado el paseo de la Mina, 9 de Griñón. La Consejería de Educación ha seleccionado para esta experiencia a 10 colegios pertenecientes a sendas localidades de la zona sur de Madrid: El Álamo, Moraleja de En medio, Casarrubuelos, Humanes de Madrid, Serranillos del Valle, Alcorcón, Getafe, Valdemoro, Móstoles y Fuenlabrada.
Cada municipio asistirá a una jornada de educación vial que, en grupos de 50 alumnos de 7 y 8 años, se desarrollarán en tres áreas, destinadas a reforzar el conocimiento de los más pequeños sobre los diversos comportamientos que se dan en la vía. A través de diversas actividades les enseñarán a comportarse como peatones, conductores y ciclistas, de forma que los más pequeños reciben una formación práctica y real del papel que juega cada uno de estos elementos en la circulación, y como a través del respeto entre ellos pueden evitarse accidentes.
La práctica se divide en tres grupos. Por un lado se les da una clase visual, en la que mediante un juego de situación aprenden el concepto de vía pública y los elementos que intervienen en la misma. Por otro lado está el circuito de prácticas viales, en el que mediante vehículos biplaza de motor se simulan situaciones de tráfico reales con todos los componentes (peatones, conductores y ciclistas).
La formación sigue con un taller vial en el que mediante un juego de imanes los alumnos crearán una situación de tráfico, construyendo su propia ciudad. La jornada concluye con un ejercico de reflexión que los escolares se llevan a casa a modo de manual, con el que se pretende concienciar a los padres de la importancia de su implicación para que los hijos aprendan educación vial. Todos estos talleres están coordinados por profesores de autoescuela, que en este centro se han especializado en acercar la educación vial a los menores.
