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    La Comisión Europea pide mayor esfuerzo en innovación tecnológica a las empresas del sector del automóvil

    25 de enero de 2006
    La competencia mundial es tan fuerte que si los dirigentes políticos, empresariales y sociales europeos no consiguen impulsar un pacto para fomentar la investigación y el desarrollo, la Unión Europea se quedará inexorablemente atrás.

    Por ello, el grupo de expertos en I+D, nombrado por la Comisión Europea a raíz de la cumbre de Hampton Court, reclama ahora nuevas medidas para crear un mercado favorable, consolidar los recursos, incrementar la movilidad laboral y una cultura que fomente la innovación, según informa el diario Aquieuropa.

    El grupo de expertos independientes fue creado por la Comisión Europea a raíz del Consejo Europeo de Hampton Court, en octubre de 2005. Su objetivo es asesorar a los Veinticinco para potenciar la actuación comunitaria en I+D. Formado por cuatro personas (entre ellas Antoni Subira del IESE de Barcelona) y presidido por el antiguo primer ministro de Finlandia, Esko Aho, propone ahora una estrategia de trabajo centrada en cuatro aspectos: creación de mercados favorables a la innovación, consolidación de los recursos de I+D, incremento de la movilidad estructural, y fomento de una cultura de la innovación.

    Y, es que, a juicio de estos expertos, la causa de que la inversión en I+D que realizan las empresas europeas resulte insuficiente reside en la falta de un mercado favorable a la innovación en el que lanzar nuevos productos y servicios. Para crear dicho mercado, recomiendan ahora la actuación en aspectos como la armonización de la reglamentación, el uso ambicioso de las normas, el recurso a la contratación pública para impulsar la demanda, el establecimiento de un régimen de derechos de propiedad intelectual competitivo y el fomento de una cultura de la innovación. Concretamente, son partidarios de poner en marcha acciones estratégicas a gran escala para crear un entorno en el que las medidas para la inversión en investigación por parte de la oferta puedan combinarse con el proceso de creación de demanda y apertura de un mercado. Entre los ámbitos con potencial se encontrarían desde la salud electrónica, hasta los productos farmacéuticos, la energía, el medio ambiente, el transporte y la logística, la seguridad y los contenidos digitales. Además, los expertos solicitan que se designe un coordinador de alto nivel de carácter independiente que sincronice en el conjunto de la UE la actuación europea en cada ámbito, en colaboración con los Gobiernos y la Comisión, las empresas, el mundo universitario y las demás partes interesadas.

    El problema de fondo, como reconocen también los gobiernos, es que se necesita una mayor eficacia de los fondos. Por ello, creen que el objetivo de destinar el 3% del presupuesto comunitario a I+D debería considerarse como indicador de una Europa innovadora, pero no como un fin en sí mismo. "Se insta a una utilización más concentrada de recursos para la investigación, procediendo para ello a la creación de centros de excelencia y a medidas más controvertidas, como la transferencia de recursos desde áreas de baja prioridad o grupos con un rendimiento insuficiente a otros con el mayor nivel de excelencia", explica la Comisión Europea.

    Otros cambios que consideran necesarios se circunscriben al presupuesto comunitario porque consideran los fondos estructurales como "un instrumento clave para abrir la participación en la economía del conocimiento a todas las regiones". En este sentido, proponen triplicar la proporción de dinero que actualmente se destina a la investigación y la innovación, para situarla en el 20 %. Además, abogan por dar más flexibilidad y adaptabilidad a los recursos humanos y financieros para conseguir que el 10% del personal investigador en la UE pueda aprovechar esta posibilidad. Asimismo, proponen aumentar las inversiones en capital riesgo y respaldan la creación de plataformas y grupos tecnológicos. 
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