Presión y estado de los neumáticos, funcionamiento de todos los dispositivos de iluminación y señalización, limpia y lava parabrisas y calefacción y desempañado, juegan un papel importante en la seguridad del tráfico en época invernal.
Estas son rápidas comprobaciones que puede realizar el usuario antes de ponerse en viaje, cuando se acercan los desplazamientos masivos del puente de la Constitución y las vacaciones navideñas.
Pero para mayor seguridad, es conveniente pasar por el taller. Un profesional le revisará además otros elementos vitales para la seguridad como el estado de los amortiguadores y de la suspensión en general, los frenos y la dirección.
El estado de la suspensión tiene una gran importancia sobre la trayectoria del vehículo en curva y en la distancia de frenado. En situaciones límite, sobre piso deslizante por agua o nieve, o simplemente con la calzada húmeda por la niebla, unos amortiguadores en mal estado pueden provocar un grave accidente que, en otras condiciones se habría evitado.
Algo similar ocurre con los frenos, cuyo mal reglaje o funcionamiento incorrecto puede propiciar una salida de vía o un accidente por alcance. Se debe tener siempre en cuenta que la adherencia de los neumáticos desciende sobre el asfalto húmedo en una proporción importante.
Es fundamental revisar el estado de la escultura (dibujo) del neumático, que no debe presentar desgastes anormales y ha de mantener una profundidad mínima en toda su superficie de 1,6 mm., y mejor de 2,5 mm. Cuanto menor es la profundidad del dibujo, peor evacua el agua de la calzada y más delicado es el agarre del vehículo sobre el pavimento.
¡Ojo a las presiones de los neumáticos! Una presión incorrecta, que suele ser casi siempre más baja de la recomendada, produce un agarre del neumático es más crítico, especialmente sobre la calzada mojada. Una presión inferior a la correcta cierra los canales de drenaje que presenta el neumático en su banda de rodadura y dificultan la evacuación del agua. Si a esto unimos una escasa profundidad del dibujo....... tenemos el accidente casi garantizado.
Ver bien y ser vistos es esencial a la hora de circular con un vehículo. Cuando los faros no iluminan de forma correcta la carretera, una situación que se agrava si hay niebla, lluvia o nieve, estamos poniendo en juego nuestra seguridad y la de otros usuarios.
Las raquetas limpiaparabrisas gastadas dejan marcas sobre los cristales que, especialmente a contraluz y con la iluminación nocturna, dificultan mucho la visión. La falta de líquido lavaparabrisas puede ponernos también en apuros en algunas ocasiones.