Uno de cada cuatro accidentes tiene su origen en causas mecánicas
"Es sabido que la mayoría de los accidentes de circulación provienen de fallos humanos. Sin embargo, un estudio realizado en los últimos años indica que 1 de cada 4 siniestros tiene su origen, directa o indirectamente, en causas mecánicas", así comienza un comunicado realizado por Asetra, la Asociación de Talleres de Madrid, y dirigido a los usuarios para "contribuir a la seguridad de nuestras carreteras con una serie de consejos útiles para que al conductor le resulte más fácil detectar posibles anomalías mecánicas en su vehículo y pueda corregirlas antes de emprender un largo viaje de vacaciones.
El comunicado, enviado a medios de información generalistas, señala que "reducir los índices de siniestralidad en carretera por causas relacionadas con el funcionamiento del vehículo está también en manos del conductor. Es tan simple como llevar el coche al taller y someterlo a una revisión periódica de sus órganos principales". Antes incluso de acudir al taller, el propio conductor puede realizar un primer diagnóstico y detectar posibles deficiencias de los elementos de seguridad más importantes de su vehículo: neumáticos, suspensión, frenos y dirección.
La importancia de los neumáticos
Asetra recuerda a los usuarios que el neumático es el elemento que permite el contacto entre pavimento y vehículo. Su estado tiene una influencia decisiva sobre el comportamiento del automóvil, especialmente en casos límite.
Presión, profundidad de dibujo y estado general son los factores a tener en cuenta para contar con la absoluta garantía de que el neumático cumple correctamente sus funciones.
"La presión correcta podemos y debemos comprobarla periódicamente –incluida la rueda de repuesto- en estaciones de servicio. Sus valores aparecen en el manual de mantenimiento del coche y, normalmente, en un cuadro situado cerca del poste de aire de la gasolinera. En cualquier caso, ningún taller que disponga del equipo necesario se negará a comprobar las presiones de un vehículo a solicitud del usuario. Existen además algunos indicios que pueden ponernos en la pista de que circulamos con un neumático con presión incorrecta. Cuando un automóvil es incapaz de mantener una línea recta y se desvía claramente a uno u otro lado o se desvía exageradamente al frenar, es muy posible que la rueda delantera del lado al que se desplaza lleve una presión demasiado baja".
Asetra aconseja que "si la trasera del automóvil realiza movimientos extraños en las curvas, dando la sensación de que derrapa, es muy posible que sea una de las ruedas traseras la que lleva una presión inadecuada. Además de producir estos efectos indeseados para la seguridad de la conducción, un neumático que rueda con presión baja sufre un calentamiento muy superior al normal, con el consiguiente deterioro, y presenta un alto riesgo de reventón. En todo caso, es mejor llevar los neumáticos con una presión ligeramente superior a la marcada por el fabricante que con una presión inferior. Pero, cuidado: una presión excesiva, además de pérdida de control del vehículo, provoca un excesivo desgaste en la parte central de la banda de rodadura. Una presión demasiado baja influye también negativamente sobre la estabilidad del automóvil y produce desgaste en los extremos de la banda de rodadura".
La profundidad del dibujo, la huella del neumático, debe tener como mínimo 1,6 mm., aunque es más conveniente no bajar de los 2 mm. Una profundidad inferior compromete el agarre y, sobre pavimento mojado, desliza con facilidad al no drenar adecuadamente la película de agua que se produce entre el asfalto y la goma. Para comprobar la profundidad del dibujo, los neumáticos disponen de testigos, situados en diferentes puntos, al fondo de los canales de drenaje. Cuando dibujo y testigo están al mismo nivel, es obligado cambiar el neumático.
Para terminar, Asetra ofrece un método casero para comprobar la profundidad del dibujo: "Si coloca una moneda de un euro en el fondo del canal de drenaje y comienza a ver las estrellas que rodean el motivo central, acuda a un taller. Sus neumáticos pueden precisar un cambio por desgaste excesivo. No se debe olvidar tampoco la inspección visual de los flancos del neumático: cortes, trozos de goma levantados y “chichones” o abultamientos laterales que indican la rotura de las capas interiores, deben ponernos sobre aviso de cara a la seguridad".
Cuando los neumáticos ruedan pocos kilómetros y el vehículo permanece parado durante largo tiempo, carcasa y banda de rodadura se deforman y se endurece la composición de la goma. Estas anomalías pueden provocar el apoyo irregular del neumático sobre la calzada, molesto para los ocupantes y dañino para otros órganos del automóvil; un agarre deficiente; un mayor calentamiento y un más rápido desgaste. En conclusión, y pese a la pereza que da gastarse unos cuantos euros a la vista de unos neumáticos aparentemente nuevos, habrá que cambiarlos. El desgaste irregular de la banda de rodadura del neumático, el mal equilibrado de las ruedas, el incorrecto reglaje de las cotas de la dirección –convergencia, avance y caída-, o los amortiguadores en mal estado, son anomalías también relacionadas con la misión del neumático y su rendimiento desde el punto de vista de la seguridad.
"Es sabido que la mayoría de los accidentes de circulación provienen de fallos humanos. Sin embargo, un estudio realizado en los últimos años indica que 1 de cada 4 siniestros tiene su origen, directa o indirectamente, en causas mecánicas", así comienza un comunicado realizado por Asetra, la Asociación de Talleres de Madrid, y dirigido a los usuarios para "contribuir a la seguridad de nuestras carreteras con una serie de consejos útiles para que al conductor le resulte más fácil detectar posibles anomalías mecánicas en su vehículo y pueda corregirlas antes de emprender un largo viaje de vacaciones.
El comunicado, enviado a medios de información generalistas, señala que "reducir los índices de siniestralidad en carretera por causas relacionadas con el funcionamiento del vehículo está también en manos del conductor. Es tan simple como llevar el coche al taller y someterlo a una revisión periódica de sus órganos principales". Antes incluso de acudir al taller, el propio conductor puede realizar un primer diagnóstico y detectar posibles deficiencias de los elementos de seguridad más importantes de su vehículo: neumáticos, suspensión, frenos y dirección.
La importancia de los neumáticos
Asetra recuerda a los usuarios que el neumático es el elemento que permite el contacto entre pavimento y vehículo. Su estado tiene una influencia decisiva sobre el comportamiento del automóvil, especialmente en casos límite.
Presión, profundidad de dibujo y estado general son los factores a tener en cuenta para contar con la absoluta garantía de que el neumático cumple correctamente sus funciones.
"La presión correcta podemos y debemos comprobarla periódicamente –incluida la rueda de repuesto- en estaciones de servicio. Sus valores aparecen en el manual de mantenimiento del coche y, normalmente, en un cuadro situado cerca del poste de aire de la gasolinera. En cualquier caso, ningún taller que disponga del equipo necesario se negará a comprobar las presiones de un vehículo a solicitud del usuario. Existen además algunos indicios que pueden ponernos en la pista de que circulamos con un neumático con presión incorrecta. Cuando un automóvil es incapaz de mantener una línea recta y se desvía claramente a uno u otro lado o se desvía exageradamente al frenar, es muy posible que la rueda delantera del lado al que se desplaza lleve una presión demasiado baja".
Asetra aconseja que "si la trasera del automóvil realiza movimientos extraños en las curvas, dando la sensación de que derrapa, es muy posible que sea una de las ruedas traseras la que lleva una presión inadecuada. Además de producir estos efectos indeseados para la seguridad de la conducción, un neumático que rueda con presión baja sufre un calentamiento muy superior al normal, con el consiguiente deterioro, y presenta un alto riesgo de reventón. En todo caso, es mejor llevar los neumáticos con una presión ligeramente superior a la marcada por el fabricante que con una presión inferior. Pero, cuidado: una presión excesiva, además de pérdida de control del vehículo, provoca un excesivo desgaste en la parte central de la banda de rodadura. Una presión demasiado baja influye también negativamente sobre la estabilidad del automóvil y produce desgaste en los extremos de la banda de rodadura".
La profundidad del dibujo, la huella del neumático, debe tener como mínimo 1,6 mm., aunque es más conveniente no bajar de los 2 mm. Una profundidad inferior compromete el agarre y, sobre pavimento mojado, desliza con facilidad al no drenar adecuadamente la película de agua que se produce entre el asfalto y la goma. Para comprobar la profundidad del dibujo, los neumáticos disponen de testigos, situados en diferentes puntos, al fondo de los canales de drenaje. Cuando dibujo y testigo están al mismo nivel, es obligado cambiar el neumático.
Para terminar, Asetra ofrece un método casero para comprobar la profundidad del dibujo: "Si coloca una moneda de un euro en el fondo del canal de drenaje y comienza a ver las estrellas que rodean el motivo central, acuda a un taller. Sus neumáticos pueden precisar un cambio por desgaste excesivo. No se debe olvidar tampoco la inspección visual de los flancos del neumático: cortes, trozos de goma levantados y “chichones” o abultamientos laterales que indican la rotura de las capas interiores, deben ponernos sobre aviso de cara a la seguridad".
Cuando los neumáticos ruedan pocos kilómetros y el vehículo permanece parado durante largo tiempo, carcasa y banda de rodadura se deforman y se endurece la composición de la goma. Estas anomalías pueden provocar el apoyo irregular del neumático sobre la calzada, molesto para los ocupantes y dañino para otros órganos del automóvil; un agarre deficiente; un mayor calentamiento y un más rápido desgaste. En conclusión, y pese a la pereza que da gastarse unos cuantos euros a la vista de unos neumáticos aparentemente nuevos, habrá que cambiarlos. El desgaste irregular de la banda de rodadura del neumático, el mal equilibrado de las ruedas, el incorrecto reglaje de las cotas de la dirección –convergencia, avance y caída-, o los amortiguadores en mal estado, son anomalías también relacionadas con la misión del neumático y su rendimiento desde el punto de vista de la seguridad.