En los últimos tiempos cada vez son más frecuentes las quejas de los automovilistas por los perjuicios que les ocasiona transitar por vías donde existen zanjas antivelocidad. Las últimas de las que hemos tenido noticia acaecen en la localidad castellonense de Vall d'Uixó.
Tanto es así que la prensa regional se ha hecho eco del aumento de trabajo registrado por los talleres de la zona como consecuencia de los desperfectos que tales zanjas ocasionan en los vehículos.
Los responsables de varios talleres mecánicos de la Vall d´Uixó consultados por la prensa levantivan no dudan en afirmar que han notado un ostensible aumento de las reparaciones como consecuencia de la construcción de zanjas antivelocidad en las principales avenidas.
Estos problemas vienen detectándose desde hace meses, cuando la concejalía de Interior decidió optar por la creación de estos obstáculos en el asfalto para obligar a los conductores a disminuir la velocidad, pero los efectos, según los mecánicos, son más que considerables, incluso para vehículos nuevos.
Las averías más habituales que se han detectado son las relacionadas con las luces. Los mecánicos afirmaron que ha aumentado considerablemente el cambio de bombillas. Según explicaron profesionales del barrio Carbonaire, estas bombillas utilizan filamentos incandescentes que, cuando están al rojo vivo, con un movimiento brusco se rompen y, por lo tanto, se funden.
En un principio, esta avería no estaría relacionada con el exceso de velocidad, tal y como explicaron, porque a 40 kilómetros por hora, en estas zanjas ya se producen impactos considerables. El cambio de una bombilla no es una reparación costosa, pero cada vez es más habitual que el mismo cliente tenga que volver varias veces por este problema.
Consecuencias más graves tienen otras averías que afectan a los coches más bajos, que suelen rascar si la zanja tiene profundidad. También se ha comprobado que este tipo de medidas antivelocidad pueden afectar gravemente al sinenblok del trapecio o las rótulas de suspensión, que requieren de presupuestos más altos para su reparación.
El problema en estos casos, según explicaron algunos mecánicos, es que "este tipo de averías no se producen en el momento, sino después de sufrir el mismo impacto varias veces", de ahí que en ocasiones sea difícil imputar la rotura al problema de las zanjas.
En cualquier caso, uno de los profesionales recordó que, si un conductor sufre una avería por encontrar un bache en la carretera, "puede pedir una indemnización a la Administración", porque los viales deben estar bien asfaltados. Asimismo, comentó que se han dado un par de casos de personas que han caído de motocicletas.
Finalmente, otro mecánico dijo que los coches afectados por el problema presentan el mismo aspecto que un vehículo que se utiliza para el trabajo en el campo y que circula habitualmente por caminos sin asfaltar. Una alternativa posible, desde su punto de vista, serían los radares.
Tanto es así que la prensa regional se ha hecho eco del aumento de trabajo registrado por los talleres de la zona como consecuencia de los desperfectos que tales zanjas ocasionan en los vehículos.
Los responsables de varios talleres mecánicos de la Vall d´Uixó consultados por la prensa levantivan no dudan en afirmar que han notado un ostensible aumento de las reparaciones como consecuencia de la construcción de zanjas antivelocidad en las principales avenidas.
Estos problemas vienen detectándose desde hace meses, cuando la concejalía de Interior decidió optar por la creación de estos obstáculos en el asfalto para obligar a los conductores a disminuir la velocidad, pero los efectos, según los mecánicos, son más que considerables, incluso para vehículos nuevos.
Las averías más habituales que se han detectado son las relacionadas con las luces. Los mecánicos afirmaron que ha aumentado considerablemente el cambio de bombillas. Según explicaron profesionales del barrio Carbonaire, estas bombillas utilizan filamentos incandescentes que, cuando están al rojo vivo, con un movimiento brusco se rompen y, por lo tanto, se funden.
En un principio, esta avería no estaría relacionada con el exceso de velocidad, tal y como explicaron, porque a 40 kilómetros por hora, en estas zanjas ya se producen impactos considerables. El cambio de una bombilla no es una reparación costosa, pero cada vez es más habitual que el mismo cliente tenga que volver varias veces por este problema.
Consecuencias más graves tienen otras averías que afectan a los coches más bajos, que suelen rascar si la zanja tiene profundidad. También se ha comprobado que este tipo de medidas antivelocidad pueden afectar gravemente al sinenblok del trapecio o las rótulas de suspensión, que requieren de presupuestos más altos para su reparación.
El problema en estos casos, según explicaron algunos mecánicos, es que "este tipo de averías no se producen en el momento, sino después de sufrir el mismo impacto varias veces", de ahí que en ocasiones sea difícil imputar la rotura al problema de las zanjas.
En cualquier caso, uno de los profesionales recordó que, si un conductor sufre una avería por encontrar un bache en la carretera, "puede pedir una indemnización a la Administración", porque los viales deben estar bien asfaltados. Asimismo, comentó que se han dado un par de casos de personas que han caído de motocicletas.
Finalmente, otro mecánico dijo que los coches afectados por el problema presentan el mismo aspecto que un vehículo que se utiliza para el trabajo en el campo y que circula habitualmente por caminos sin asfaltar. Una alternativa posible, desde su punto de vista, serían los radares.