Según Thiesen, el desarrollo de la pila de combustible "sólo tiene sentido si se pueden producir vehículo en serie", de forma que esta decisión definitiva se adoptará en 2010 teniendo en cuenta criterios de prestaciones, durabilidad y costes. Así, explicó que el objetivo debe ser situar los costes en 50 dólares (37,6 euros) por kilowatio. En los actuales motores de propulsión, el coste por kilovatio se sitúa entre 30 y 70 dólares (entre 22,5 y 52,6 euros), en función de la tecnología. Pero, además de estos factores internos, el desarrollo de esta tecnología requiere el compromiso de otros actores, como las petroleras, las compañías de desarrollo tecnológico y, sobre todo, los gobiernos, ya que es necesario desarrollar sistemas de generación de hidrógeno y estaciones de repostaje, entre otros requerimientos.
General Motors cuenta con un equipo formado por 600 personas que trabajan exclusivamente en el desarrollo de la pila de combustible, distribuidas en cinco instalaciones de todo el mundo, tres en Estados Unidos, una en Alemania y otra en Japón.
La pila de combustible es parte de la estrategia de General Motors en Europa, basada en un impulso de la calidad, de la tecnología y del diseño, así como en la implementación de una estrategia multimarca, todo ello orientado al desarrollo de automóviles pequeños y compactos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente.