La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (FACONAUTO) estima que la posibilidad de reducir los límites de velocidad para aquellos vehículos que circulen por las carreteras principales, autovías y autopistas de cualquier localidad de España con el "argumento" de aliviar la contaminación atmosférica es una medida "de cara a la galería" y constituye un "ataque frontal" al uso del automóvil.
La Generalitat de Catalunya limitará a partir de otoño la velocidad media a un máximo de 80 kilómetros por hora en la primera corona de Barcelona con el fin de reducir las emisiones contaminantes. Esta medida se incluye dentro del paquete de 73 propuestas previstas en un Plan de Actuación para la mejora de la calidad del aire aprobado recientemente por el Ejecutivo catalán, cuyo objetivo es reducir para el año 2010 en un 25% la emisión de dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión de diámetro inferior a diez micras para cumplir con los criterios del Protocolo de Kioto.
La patronal de los concesionarios considera que la limitación de la velocidad máxima no tendrá ningún efecto beneficioso en la disminución de estas emisiones contaminantes, sino que podría producir el efecto contrario al aumentar la congestión viaria, ya que el nivel óptimo de emisiones de los automóviles y camiones sólo se produce cuando el vehículo está lanzado y va a una velocidad de 90/100 kilómetros por hora.
Faconauto explica que el ciclo óptimo de consumo se produce en las marchas largas, es decir en la quinta y la sexta, según el modelo de vehículo, mientras que en las marchas más cortas -primera, segunda y tercera- es cuando un coche o un camión gastan el máximo de carburante. De hecho, según un estudio reciente elaborado por la Federación, un vehículo medio puede gastar del orden de 30 litros en una conducción en primera, mientras que el consumo puede bajar hasta los 25 y 20 litros si va en segunda o tercera marcha, respectivamente.
Más riesgo de colisión y accidente
La Federación de Concesionarios recuerda -según datos de la Asociación Española de la Carretera (AEC)- que el exceso de velocidad rara vez está implicado en más del 15% de los accidentes de tráfico que tienen lugar en las carreteras españolas, aunque reconoce que puede acentuar la gravedad del siniestro.
La patronal apunta que existe la falsa creencia -muy difundida- de que la velocidad y la siniestralidad guardan una relación directa, cuando, en realidad, está demostrado científicamente que la velocidad a la que se circula no es la causa de los accidentes, sino su dispersión, sobre todo si interviene más de un vehículo.
En este sentido, la Federación de Concesionarios advierte que la limitación de la velocidad máxima permitida en zonas de gran congestión puede agravar los atascos, así como el riesgo de colisión y accidente ya que, llegado el momento en que el tráfico empiece a fluir, se tardará más en descomprimir la zona debido a que la velocidad máxima permitida es demasiado baja.
Según el secretario general de Faconauto, Blas Vives, "el exceso de velocidad no es sinónimo, en ningún caso, de velocidad excesiva; es incongruente que se establezcan en España unos límites de velocidad rígidos, cuando, en realidad, la velocidad y los límites deben adaptarse a las circunstancias del tráfico, la climatología, el estado del firme, el trazado de la carretera y la conciencia responsable del propio conductor".
Aumentar el nivel de exigencia de las ITV´s y poner en marcha un ambicioso Plan de Renovación del Parque
Con objeto de reducir las emisiones contaminantes sin llegar a la drástica medida propuesta por la Generalitat, Faconauto propone, en primer lugar, la puesta en marcha de un Programa de Renovación del Parque Automovilístico Español -más ambicioso que el Plan Prever- que estimule la retirada de aquellos vehículos más viejos y contaminantes y que alcance a todos los segmentos, desde los automóviles de turismos hasta los vehículos industriales pesados, autobuses y autocares.
Según Blas Vives, "es necesario un programa de renovación del parque desligado del impuesto de matriculación, es decir, un programa específico que promueva la retirada de los automóviles, camiones, autobuses y autocares más antiguos con una dotación económica suficiente para que los usuarios con menor capacidad económica puedan renovar sus vehículos acogiéndose a la compra de un vehículo usado seminuevo más seguro y ecológico".
En segundo lugar, Faconauto plantea la liberalización efectiva del sistema de ITV´s y el aumento del nivel de exigencia de estas inspecciones para mejorar la calidad del parque automovilístico. La patronal estima que el modelo actual de inspecciones es "ineficaz", por la creciente laxitud y permisivismo en el cumplimiento de la ley, y "perjudica al consumidor", por lo que aboga por un modelo de inspección técnica que cuente con los 3.500 concesionarios oficiales como empresas colaboradoras en la prestación de este servicio, lo que permitiría triplicar la capacidad actual y garantizar un servicio más riguroso y eficaz.
En este sentido, la patronal defiende la aplicación de un sistema mixto como el alemán o el francés, con una estricta separación ente inspección y funciones de reparación, de manera que la inspección sea realizada por peritos independientes que verifiquen el estado del vehículo, mientras que la reparación corra a cargo de organizaciones privadas autorizadas o instalaciones certificadas (concesionarios y talleres).
La Generalitat de Catalunya limitará a partir de otoño la velocidad media a un máximo de 80 kilómetros por hora en la primera corona de Barcelona con el fin de reducir las emisiones contaminantes. Esta medida se incluye dentro del paquete de 73 propuestas previstas en un Plan de Actuación para la mejora de la calidad del aire aprobado recientemente por el Ejecutivo catalán, cuyo objetivo es reducir para el año 2010 en un 25% la emisión de dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión de diámetro inferior a diez micras para cumplir con los criterios del Protocolo de Kioto.
La patronal de los concesionarios considera que la limitación de la velocidad máxima no tendrá ningún efecto beneficioso en la disminución de estas emisiones contaminantes, sino que podría producir el efecto contrario al aumentar la congestión viaria, ya que el nivel óptimo de emisiones de los automóviles y camiones sólo se produce cuando el vehículo está lanzado y va a una velocidad de 90/100 kilómetros por hora.
Faconauto explica que el ciclo óptimo de consumo se produce en las marchas largas, es decir en la quinta y la sexta, según el modelo de vehículo, mientras que en las marchas más cortas -primera, segunda y tercera- es cuando un coche o un camión gastan el máximo de carburante. De hecho, según un estudio reciente elaborado por la Federación, un vehículo medio puede gastar del orden de 30 litros en una conducción en primera, mientras que el consumo puede bajar hasta los 25 y 20 litros si va en segunda o tercera marcha, respectivamente.
Más riesgo de colisión y accidente
La Federación de Concesionarios recuerda -según datos de la Asociación Española de la Carretera (AEC)- que el exceso de velocidad rara vez está implicado en más del 15% de los accidentes de tráfico que tienen lugar en las carreteras españolas, aunque reconoce que puede acentuar la gravedad del siniestro.
La patronal apunta que existe la falsa creencia -muy difundida- de que la velocidad y la siniestralidad guardan una relación directa, cuando, en realidad, está demostrado científicamente que la velocidad a la que se circula no es la causa de los accidentes, sino su dispersión, sobre todo si interviene más de un vehículo.
En este sentido, la Federación de Concesionarios advierte que la limitación de la velocidad máxima permitida en zonas de gran congestión puede agravar los atascos, así como el riesgo de colisión y accidente ya que, llegado el momento en que el tráfico empiece a fluir, se tardará más en descomprimir la zona debido a que la velocidad máxima permitida es demasiado baja.
Según el secretario general de Faconauto, Blas Vives, "el exceso de velocidad no es sinónimo, en ningún caso, de velocidad excesiva; es incongruente que se establezcan en España unos límites de velocidad rígidos, cuando, en realidad, la velocidad y los límites deben adaptarse a las circunstancias del tráfico, la climatología, el estado del firme, el trazado de la carretera y la conciencia responsable del propio conductor".
Aumentar el nivel de exigencia de las ITV´s y poner en marcha un ambicioso Plan de Renovación del Parque
Con objeto de reducir las emisiones contaminantes sin llegar a la drástica medida propuesta por la Generalitat, Faconauto propone, en primer lugar, la puesta en marcha de un Programa de Renovación del Parque Automovilístico Español -más ambicioso que el Plan Prever- que estimule la retirada de aquellos vehículos más viejos y contaminantes y que alcance a todos los segmentos, desde los automóviles de turismos hasta los vehículos industriales pesados, autobuses y autocares.
Según Blas Vives, "es necesario un programa de renovación del parque desligado del impuesto de matriculación, es decir, un programa específico que promueva la retirada de los automóviles, camiones, autobuses y autocares más antiguos con una dotación económica suficiente para que los usuarios con menor capacidad económica puedan renovar sus vehículos acogiéndose a la compra de un vehículo usado seminuevo más seguro y ecológico".
En segundo lugar, Faconauto plantea la liberalización efectiva del sistema de ITV´s y el aumento del nivel de exigencia de estas inspecciones para mejorar la calidad del parque automovilístico. La patronal estima que el modelo actual de inspecciones es "ineficaz", por la creciente laxitud y permisivismo en el cumplimiento de la ley, y "perjudica al consumidor", por lo que aboga por un modelo de inspección técnica que cuente con los 3.500 concesionarios oficiales como empresas colaboradoras en la prestación de este servicio, lo que permitiría triplicar la capacidad actual y garantizar un servicio más riguroso y eficaz.
En este sentido, la patronal defiende la aplicación de un sistema mixto como el alemán o el francés, con una estricta separación ente inspección y funciones de reparación, de manera que la inspección sea realizada por peritos independientes que verifiquen el estado del vehículo, mientras que la reparación corra a cargo de organizaciones privadas autorizadas o instalaciones certificadas (concesionarios y talleres).