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    El tuning suma ventas de más de 30 millones de euros al año en Galicia

    8 de marzo de 2007
    Unos 13.000 turismos modificados circulan por carreteras gallegas, el 10% del parque móvil. Esta moda salva de la ruina a pequeños talleres. Los usuarios denuncian trabas por parte de las ITV.

    La moda del tuningse ha convertido en un negocio próspero en Galicia, que es la comunidad con más adeptos después de Valencia, Cataluña, Madrid y Andalucía, según publica El Faro de Vigo. Según las empresas del sector, alrededor del 10% del parque autonómico de turismos, es decir, unos 13.000 coches, presenta modificaciones que se pueden incluir dentro de la moda tuning. Y el número aumenta día a día. Esta industria genera ya un volumen de negocio superior a los 30 millones de euros al año en Galicia y ha supuesto un revulsivo para los pequeños talleres, hasta el punto de que en algunos casos los ha salvado de la ruina, señala la misma fuente.

    "Se trata de una moda con una importante repercusión en todo el sector, eso no se puede negar", apuntan desde la secretaría técnica de la Federación Gallega de Talleres de Reparación de Vehículos. Una decena de empresas se dedica casi exclusivamente en Galicia a la actividad de personalizar vehículos, con especial presencia en los núcleos de Vigo y A Coruña, pero ya es raro el taller que no ofrezca productos y servicios relacionados con el tuning. Llantas, volantes, equipos multimedia, pomos, pedales, salidas de escape y asientos deportivos son algunos de los complementos que se pueden encontrar ya en algún centro de reparación de vehículos, se recoge en un artículo publicado el pasado lunes en el diario gallego.

    Manuel Díaz, presidente de la Federación Española de Tuning, Reformas y Homologaciones, y además uno de los pioneros de este fenómeno social en España -en 1984 homologó el primer coche de dos metros tuneado-, explica que aproximadamente entre el 5% y el 10% de los ingresos de los talleres libres se deben al tuning. "Esto avanza, pero aún nos queda mucho para llegar a los niveles de Alemania, donde el 33% de los ingresos de los concesionarios [apenas existen talleres independientes en aquel país] dependen de esta industria", explica.

    En Galicia existen varios importadores y suministradores de piezas para el tuning, e incluso una empresa que fabrica componentes para el sector, ubicada en Mos y que pertenece a una multinacional portuguesa. Precisamente al otro lado de la frontera esta pasión por ser diferente ante el volante está mucho más arraigada que en España, impulsada por la presencia de un buen número de factorías que producen alerones y otro tipo de componentes tuning. En España las fábricas se concentran en Valencia, donde profesionales de la fibra que trabajaban en el sector naval cambiaron las velas por las ruedas.

    Según la Federación Española de Tuning, esta moda comenzó su expansión en Galicia en el año 2000, donde el número de aficionados se ha multiplicado desde entonces. Conscientes de que se trata de un negocio con futuro, incluso las entidades financieras se han lanzado a la caza de las principales empresas de tuning de la comunidad, como es el caso de la sociedad Tuning by Portabales, en Vigo. "En nuestro caso, el 25% de los ingresos llegan ya a través de financieras que trabajan con nosotros", explica Joaquín Portabales, dueño de esta compañía. Tanto los usuarios como los propietarios de empresas y talleres tuning aseguran que una de las principales trabas con las que se encuentra esta moda son las homologaciones. La normativa indica que las modificaciones exteriores de los vehículos no deben afectar a las medidas originales del vehículo, algo a lo que se oponen los aficionados y crea problemas en las ITV. Para certificar estos cambios hay que presentar un proyecto técnico en la Inspección, firmado por un ingeniero, y que garantice la seguridad del vehículo tanto para los ocupantes como para la vía pública, y cuyo precio llega a superar los 1.000 euros. 
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