Definitivamente, el nombre “Cayenne” también irá asociado a la “claridad”. Y precisamente ese es el propósito del único “laboratorio sobre ruedas” del mundo, utilizado por los ingenieros de Porsche para llevar a cabo desarrollos en temas de seguridad y fiabilidad para sistemas electrónicos. El deportivo todocamino “transparente” permite a los ingenieros de la compañía probar en carretera sistemas electrónicos futuros, bajo unas condiciones de conducción reales y obteniendo resultados sobre el terreno, en un tiempo menor que el de sus competidores. El liderazgo asegurado en este campo permitirá a Porsche, ahora más que nunca, desarrollar los sistemas electrónicos más sofisticados, con absoluta fiabilidad y con unas prestaciones fuera de lo común.
Grandes cortes en las puertas, capós y pasos de rueda del Cayenne, protegidos por cubiertas de plástico claro para las pruebas de conducción, permiten a los ingenieros de desarrollo observar, comprobar y, donde es necesario, cambiar virtualmente todos los elementos eléctricos y electrónicos, cables y conexiones. Con la excepción del asiento del conductor, este modelo tan especial ha sido vaciado completamente en su interior, suprimiendo el resto de asientos y el tablero de instrumentos, con la intención de favorecer el acceso directo a todos los componentes electrónicos del vehículo.
El Cayenne “transparente”, beneficiándose de este diseño abierto, ofrece dos avances significativos en uno: primero, los ingenieros de desarrollo pueden simular y configurar antiguas y nuevas funciones, incluidos sensores y actuadores, así como la infraestructura de cualquier vehículo Porsche sin mayor esfuerzo, incluso si la función de la que se trate no está incluida en la actualidad en el Cayenne. Un ejemplo es el proceso de prueba de un spoiler trasero que sube automáticamente a partir de cierta velocidad; el componente completo, incluido su sistema de control, está fijado en el interior de este Porsche. El segundo punto es que este laboratorio sobre ruedas único, sirve para verificar no solamente la fiabilidad de los nuevos componentes, sino también su interacción con los sistemas generales, bajo condiciones de conducción de la vida real.
Usando su “laboratorio sobre ruedas”, los ingenieros de Porsche están preparados para empezar a probar toda la electrónica de a bordo de las nuevas generaciones de modelos, con cerca de un año de adelanto respecto a lo que se hacía anteriormente. Y esto es un ahorro de tiempo significativo, considerando que el periodo total para el desarrollo de un nuevo vehículo es de sólo unos pocos años.
Hace tiempo, los ingenieros no podían probar nuevos sistemas bajo condiciones reales, hasta que el primer prototipo no estaba preparado, algo que trataban de hacer lo más pronto posible. Ahora, utilizando el Porsche “transparente”, ellos están en disposición de probar y verificar los sistemas en condiciones ambientales como el calor, el frío o la humedad del aire, así como analizar las vibraciones en unas condiciones de conducción práctica, a lo largo de una etapa más temprana. Al empezar la fase de pruebas, mucho antes, los ingenieros pueden mejorar la calidad hasta niveles más elevados y tienen más tiempo para el proceso de puesta a punto, una cuestión típica y de enorme relevancia para Porsche.
El “laboratorio sobre ruedas” añade un nivel más a la filosofía de pruebas con estructura piramidal que Porsche aplica en el desarrollo de sus componentes electrónicos. Esta pirámide comienza por asegurar la calidad en los proveedores y continúa con complejos tests dirigidos por los propios ingenieros de Porsche, que incluyen simulaciones virtuales o pruebas con dinamómetros y otros aparatos de medición. La verificación de todo el sistema general, además, no puede empezar hasta que se generan y se procesan con fiabilidad las señales de los componentes electrónicos en tiempo real, sobre un vehículo rodando. Ahora, el nuevo “laboratorio sobre ruedas” también apoya el probado principio de Porsche de hacer cada vez menos cambios según se va acercando el inicio de la producción en serie.
Con la premisa de que Porsche es un fabricante premium estrictamente orientado hacia el cliente, la seguridad y la fiabilidad reciben la máxima prioridad en el proceso de digitalización. Como continuación del Cayenne, el actual 911 Carrera fue el segundo coche en llegar al mercado con una red electrónica inteligente a bordo. Realmente, sin esta red electrónica un buen número de los procesos que se realizan en el nuevo 911, basados en el desarrollo de sistemas mecánicos en curso, serían, simplemente, imposibles de llevar a cabo. El mejor ejemplo es el Sports Chrono Package que, incorporando no menos de 16 unidades de control, permite al conductor del 911 Carrera, el Boxster y el Cayman S elegir un estilo de conducción aún más dinámico y deportivo.
Los ingenieros de Porsche responsables del desarrollo electrónico están ya trabajando en una segunda generación de redes. Utilizando una nueva arquitectura, ellos determinan sistemáticamente qué funciones deben ser alojadas en cada unidad de control, cuántos ordenadores están en uso y cómo las diversas unidades y sistemas comunican unos con otros. El corazón de esta arquitectura es una plataforma de serie que más tarde será incorporada en todos los nuevos Porsche. Y es precisamente por esta razón por lo que el “laboratorio electrónico sobre ruedas” es la herramienta ideal para un proceso de desarrollo cada vez más sofisticado.
Grandes cortes en las puertas, capós y pasos de rueda del Cayenne, protegidos por cubiertas de plástico claro para las pruebas de conducción, permiten a los ingenieros de desarrollo observar, comprobar y, donde es necesario, cambiar virtualmente todos los elementos eléctricos y electrónicos, cables y conexiones. Con la excepción del asiento del conductor, este modelo tan especial ha sido vaciado completamente en su interior, suprimiendo el resto de asientos y el tablero de instrumentos, con la intención de favorecer el acceso directo a todos los componentes electrónicos del vehículo.
El Cayenne “transparente”, beneficiándose de este diseño abierto, ofrece dos avances significativos en uno: primero, los ingenieros de desarrollo pueden simular y configurar antiguas y nuevas funciones, incluidos sensores y actuadores, así como la infraestructura de cualquier vehículo Porsche sin mayor esfuerzo, incluso si la función de la que se trate no está incluida en la actualidad en el Cayenne. Un ejemplo es el proceso de prueba de un spoiler trasero que sube automáticamente a partir de cierta velocidad; el componente completo, incluido su sistema de control, está fijado en el interior de este Porsche. El segundo punto es que este laboratorio sobre ruedas único, sirve para verificar no solamente la fiabilidad de los nuevos componentes, sino también su interacción con los sistemas generales, bajo condiciones de conducción de la vida real.
Usando su “laboratorio sobre ruedas”, los ingenieros de Porsche están preparados para empezar a probar toda la electrónica de a bordo de las nuevas generaciones de modelos, con cerca de un año de adelanto respecto a lo que se hacía anteriormente. Y esto es un ahorro de tiempo significativo, considerando que el periodo total para el desarrollo de un nuevo vehículo es de sólo unos pocos años.
Hace tiempo, los ingenieros no podían probar nuevos sistemas bajo condiciones reales, hasta que el primer prototipo no estaba preparado, algo que trataban de hacer lo más pronto posible. Ahora, utilizando el Porsche “transparente”, ellos están en disposición de probar y verificar los sistemas en condiciones ambientales como el calor, el frío o la humedad del aire, así como analizar las vibraciones en unas condiciones de conducción práctica, a lo largo de una etapa más temprana. Al empezar la fase de pruebas, mucho antes, los ingenieros pueden mejorar la calidad hasta niveles más elevados y tienen más tiempo para el proceso de puesta a punto, una cuestión típica y de enorme relevancia para Porsche.
El “laboratorio sobre ruedas” añade un nivel más a la filosofía de pruebas con estructura piramidal que Porsche aplica en el desarrollo de sus componentes electrónicos. Esta pirámide comienza por asegurar la calidad en los proveedores y continúa con complejos tests dirigidos por los propios ingenieros de Porsche, que incluyen simulaciones virtuales o pruebas con dinamómetros y otros aparatos de medición. La verificación de todo el sistema general, además, no puede empezar hasta que se generan y se procesan con fiabilidad las señales de los componentes electrónicos en tiempo real, sobre un vehículo rodando. Ahora, el nuevo “laboratorio sobre ruedas” también apoya el probado principio de Porsche de hacer cada vez menos cambios según se va acercando el inicio de la producción en serie.
Con la premisa de que Porsche es un fabricante premium estrictamente orientado hacia el cliente, la seguridad y la fiabilidad reciben la máxima prioridad en el proceso de digitalización. Como continuación del Cayenne, el actual 911 Carrera fue el segundo coche en llegar al mercado con una red electrónica inteligente a bordo. Realmente, sin esta red electrónica un buen número de los procesos que se realizan en el nuevo 911, basados en el desarrollo de sistemas mecánicos en curso, serían, simplemente, imposibles de llevar a cabo. El mejor ejemplo es el Sports Chrono Package que, incorporando no menos de 16 unidades de control, permite al conductor del 911 Carrera, el Boxster y el Cayman S elegir un estilo de conducción aún más dinámico y deportivo.
Los ingenieros de Porsche responsables del desarrollo electrónico están ya trabajando en una segunda generación de redes. Utilizando una nueva arquitectura, ellos determinan sistemáticamente qué funciones deben ser alojadas en cada unidad de control, cuántos ordenadores están en uso y cómo las diversas unidades y sistemas comunican unos con otros. El corazón de esta arquitectura es una plataforma de serie que más tarde será incorporada en todos los nuevos Porsche. Y es precisamente por esta razón por lo que el “laboratorio electrónico sobre ruedas” es la herramienta ideal para un proceso de desarrollo cada vez más sofisticado.