La causa hay que buscarla principalmente en la falta de dinamismo del sector, puesto que se han reducido las visitas de los clientes a los concesionarios, así como por el endurecimiento de la condiciones financieras por parte de los bancos, hasta el punto de que la concesión de créditos para la adquisición de coches ha caído un 25%en lo que va de año. Desde que se produjera la crisis hipotecaria, las entidades financieras están estudiando bajo lupa las condiciones de concesión de pólizas de financiación de vehículos.
Además, la entrada en vigor del nuevo impuesto de matriculación, asociado a las emisiones de CO2 de los vehículos, el pasado 1 de enero, está suponiendo una modificación estructural de la demanda que está distorsionando fuertemente las ventas y dañando los intereses del sector.