Así lo explicó ayer el director del Servei Català de Trànsit (SCT), Josep Pérez Moya, quien dijo que el vehículo de los Mossos que localiza estos detectores "está siendo muy útil", aunque todavía está en fase de pruebas. Según Pérez Moya, "se están detectando muchos vehículos".
La detección de esta cantidad de vehículos ha planteado la hipótesis de que algunos concesionarios esten instalando estos aparatos en coches nuevos. "Nos ha abierto una reflexión y una preocupación: si estos aparatos no estarán colocados casi de salida, no de fabricación, sino de gente especializada que los coloca como una oferta en la venta de un coche y no informa al que compra que estos aparatos son ilegales y por lo tanto pueden ser parados y sancionados", dijo Pérez Moya.
El máximo responsable de Trànsit añadió que: "Son aparatos que un taller puede instalar si te lo has comprado previamente o que algún concesionario acabe ofertando como un elemento más del vehículo". "Y lo puede hacer desde la buena voluntad del que compra, igual que ofrecen un navegador con GPS, pues la gente lo puede comprar con toda inconsciencia".
Pero para el director del SCT hay muchos conductores que son plenamente conscientes: "No nos engañemos, los que tienen estos aparatos es porque tienen la voluntad premeditada de superar de manera constante los límites de velocidad establecidos. Por lo tanto, normalmente es gente que conduce al límite y un poco más, y no quiere ser detectado".
El Servei Català de Trànsit quiere disponer de dos aparatos detectores "en poco tiempo" y la idea es que "cada demarcación policial pueda tener un vehículo equipado constantemente".