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    El coche del futuro contendrá un 28 por ciento más de cobre

    19 de diciembre de 2006
    Sacándole el máximo partido a la innovación tecnológica, los coches se están volviendo cada vez más ‘inteligentes’ a la hora de garantizar la seguridad y la comodidad de los pasajeros. Gracias a su excelente conductividad eléctrica y a su resistencia a la corrosión, el cobre está jugando un papel de peso en este desarrollo tecnológico. Ahora mismo, un coche contiene, de media, entre 15 y 28 kilos de cobre, dependiendo del modelo, repartido, principalmente, entre el cableado y una amplia gama de componentes en los sistemas eléctricos. No obstante, el uso del cobre, un jugador clave en la electrónica, continuará creciendo, esperándose un incremento del 28% en los próximos cinco años en los coches más innovadores.

    Los coches modernos están equipados con una multitud de equipos electrónicos para hacerlos más seguros. Las primeras aplicaciones electrónicas vieron la luz en los años 70 con la primera transmisión automática controlada eléctricamente y con los sistemas de arranque/ encendido electrónico. Hoy en día, los sensores ofrecen a los coches capacidades en tiempo real para detectar peligros en la carretera. Los frenos se han optimizado mediante el empleo del Sistema de Antibloqueo de Frenos (ABS), al tiempo que el Control Electrónico de Estabilidad (ESC) ha permitido avanzar en el control de la trayectoria de los vehículos.

    También se han dado importantes pasos en otras numerosas aplicaciones para mejorar la seguridad de los pasajeros, como el MDA (Monitoring Driver Alertness), el cierre y arranque automáticos comenzando por una tarjeta inteligente, sistemas de suspensión activa y faros en los que se puede regular la intensidad en función de la velocidad y de la visión nocturna.

    “Estamos utilizando cerca de 20 kilos de cobre en la producción de los coches Saab”, dice Umberto Stefani, director de Public Affairs de Beherman European SA, distribuidora de Saab en Bélgica. “Claramente, la mayor parte de este cobre se utiliza en los sistemas de cableado eléctrico, así como en muchos pequeños motores eléctricos. En Saab, donde la seguridad es un elemento fundamental, seleccionamos materiales que combinan la fiabilidad y rendimiento –mínimo peso para la máxima eficiencia--. Esto explica que utilicemos el cobre para aplicaciones básicas como las conexiones de los sistemas de frenado y transmisión”.

    Los coches se están adaptando también a las nuevas necesidades de los pasajeros, gracias a aplicaciones como el posicionamiento GPS, la asistencia de los navegadores y los reproductores de DVD. Además, gracias a Internet, muy pronto todas las formas de comunicación y de navegación, así como los servicios de entretenimiento estarán disponibles en los vehículos. En algunos modelos, el ordenador de abordo está ya conectado a Internet, con la posibilidad de obtener información para el viaje y previsiones meteorológicas. Asimismo, la comodidad y el confort se están mejorando constantemente a través, por ejemplo, de asientos que se ajustan automáticamente al peso y a la altura de los pasajeros.

    Todos estos avances se sirven de la gran conductividad del cobre para transmitir corriente eléctrica y datos. Con el crecimiento en el número de aplicaciones, los sistemas eléctricos de a bordo deben ser mejorados constantemente, con cables que cada vez son más cortos y más delgados e, idealmente, en un menor número. Las interconexiones entre las tarjetas, los microprocesadores y los sensores deben ser cada vez más rápidas y más cortas. Optimizando el uso del cobre se mejora de forma muy significativa la eficiencia energética para todos los sistemas eléctricos. Empleado en casi todos los componentes mecánicos y electromecánicos de los vehículos, el cobre y sus derivados también contribuyen a la mejora global del rendimiento de los motores, y juegan un papel clave en el diagnóstico moderno de fallos y en la programación de mantenimiento. El cobre también es importante para el desarrollo de coches respetuosos con el medio ambiente a través de su capacidad de ser 100% reciclable sin ninguna pérdida en términos de calidad y rendimiento.  
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