Los vecinos de muchos barrios de Valencia ya se han acostumbrado a ver coches estacionados con el cartel de venta, incluido un número de móvil para ponerse en contacto con el dueño. Así ocurre en el barrio de Orriols, donde los vehículos se cuentan por decenas. Empresarios del sector y Federación de vecinos denuncian esta práctica ilegal.
"¿Busca usted coche?" La pregunta se hace a un transeúnte en la calle Duque de Mandas, a primera hora de una mañana cualquiera. La exposición de vehículos está estacionada en plena calle, algunos en segunda fila, y el vendedor ofrece toda clase de información, incluso la posibilidad de subir a alguno por el que tenga preferencia el cliente.
La escena, ocurrida en el barrio de Orriols, se repite en otros lugares de Valencia, aunque quizás no con tanta profusión. En apenas 50 metros, hay una docena de coches aparcados, todos limpios y listos para circular, con pulcros carteles de venta, teléfonos de contacto y el precio, normalmente bajo.
Un comerciante de la zona opina que la actividad es ilegal, aunque lo peor "son las plazas de estacionamiento que quitan a los vecinos." Mientras habla, el vendedor aparca en un hueco un Renault Clio, con el obligado cartel en la ventanilla.
La venta en estas calles se produce desde hace meses. Desde que empezó "el policía de barrio sólo se ha llevado algunos y porque estaban mal aparcados, en segunda fila". Fuentes del gobierno municipal responden a esta denuncia diciendo que es el criterio del agente el que impera en estos casos, es decir, que debe considerar si el vehículo está abandonado antes de llamar a la grúa y trasladarlo al depósito situado en la pista de Silla.
Como esto no funciona, a la vista de lo que sucede, la Policía Local está revisando desde finales de 2003 la actual ordenanza de vehículos en la vía pública, todavía en fase de borrador. Una de las novedades que prevé incorporar, según las mismas fuentes, es que los agentes podrán colocar la pegatina de aviso y llevarlo al depósito para achatarrarlo en un plazo de 24 horas. La medida también se aplicará en los alrededores de los talleres de reparación de automóviles, donde es frecuente que se estacionen coches de segunda mano para su venta.
"¿Busca usted coche?" La pregunta se hace a un transeúnte en la calle Duque de Mandas, a primera hora de una mañana cualquiera. La exposición de vehículos está estacionada en plena calle, algunos en segunda fila, y el vendedor ofrece toda clase de información, incluso la posibilidad de subir a alguno por el que tenga preferencia el cliente.
La escena, ocurrida en el barrio de Orriols, se repite en otros lugares de Valencia, aunque quizás no con tanta profusión. En apenas 50 metros, hay una docena de coches aparcados, todos limpios y listos para circular, con pulcros carteles de venta, teléfonos de contacto y el precio, normalmente bajo.
Un comerciante de la zona opina que la actividad es ilegal, aunque lo peor "son las plazas de estacionamiento que quitan a los vecinos." Mientras habla, el vendedor aparca en un hueco un Renault Clio, con el obligado cartel en la ventanilla.
La venta en estas calles se produce desde hace meses. Desde que empezó "el policía de barrio sólo se ha llevado algunos y porque estaban mal aparcados, en segunda fila". Fuentes del gobierno municipal responden a esta denuncia diciendo que es el criterio del agente el que impera en estos casos, es decir, que debe considerar si el vehículo está abandonado antes de llamar a la grúa y trasladarlo al depósito situado en la pista de Silla.
Como esto no funciona, a la vista de lo que sucede, la Policía Local está revisando desde finales de 2003 la actual ordenanza de vehículos en la vía pública, todavía en fase de borrador. Una de las novedades que prevé incorporar, según las mismas fuentes, es que los agentes podrán colocar la pegatina de aviso y llevarlo al depósito para achatarrarlo en un plazo de 24 horas. La medida también se aplicará en los alrededores de los talleres de reparación de automóviles, donde es frecuente que se estacionen coches de segunda mano para su venta.
