La Audiencia de Valencia ha fallado a favor de una conductora para que ésta reciba los 20.595 euros que costó su vehículo por las múltiples averías sucedidas después de su compra. El concesionario alegó como principal causa la incorrecta conducción de esta clienta.
Según publica la página web del periódico local El Mercantil Valenciano, la Audiencia de Valencia ha fallado a favor de una conductora para que ésta reciba los 20.595 euros que costó su coche por las múltiples averías transcurridas poco después de su compra. La automovilista, además de recibir el importe íntegro del precio del automóvil, también podrá ingresar en su cuenta corriente los intereses después de haber devuelto el vehículo al concesionario.
La sentencia argumenta las ‘indudables molestias’ sufridas por esta conductora, quien pudo comprobar en sus propias carnes todos los inconvenientes generados por las ocho averías transcurridas entre octubre de 2004 y abril de 2005. Dicho de otro modo: en apenas seis meses, el vehículo estuvo más tiempo en el taller que circulando por la carretera. El tribunal también ha indicado un ‘flagrante incumpliendo contractual’. Por su parte, el concesionario ha argumentado que las averías se han reparado y que el coche se averiaba ‘por la incorrecta forma de conducir de la clienta y a una utilización indebida’.
Las primeras informaciones no indican qué marca y modelo ha sido el que tantos problemas produjo a la conductora en cuestión. Éstas fueron las ocho averías del vehículo:
1.- Octubre de 2004: vibraciones en el techo y ruidos aerodinámicos.
2.- Octubre de 2004: el reloj de temperatura no funciona y esto no es detectado por el ordenador que diagnostica las averías.
3.- Noviembre de 2004: el coche se para repentinamente en una calle céntrica de Valencia. El ordenador no detectó ningún fallo.
4.- Diciembre de 2004: sin aviso de avería y tras una inspección manual, se sustituyen dos relés.
5.- Enero de 2005: se nivela el capó para arreglar el problema del ruido aerodinámico.
6.- Enero de 2005: se sustituyen los sensores de lluvia para arreglar el problema del ruido aerodinámico.
7.- Enero de 2005: problemas en el sistema de escape, se cambia el catalizador; el ordenador no detecta este cambio.
8.- Abril de 2005: esta vez el ordenador de errores sí funciona y avisa a través de los testigos del salpicadero de una avería grave. El ordenador aconseja la sustitución del captador de ángulo del volante, el del pedal de freno y los contactores.
El tribunal añadió que la práctica totalidad de las averías se repararon a excepción de las vibraciones (producto, según un peritaje posterior, de un mal anclaje del techo) y el ordenador.
Según publica la página web del periódico local El Mercantil Valenciano, la Audiencia de Valencia ha fallado a favor de una conductora para que ésta reciba los 20.595 euros que costó su coche por las múltiples averías transcurridas poco después de su compra. La automovilista, además de recibir el importe íntegro del precio del automóvil, también podrá ingresar en su cuenta corriente los intereses después de haber devuelto el vehículo al concesionario.
La sentencia argumenta las ‘indudables molestias’ sufridas por esta conductora, quien pudo comprobar en sus propias carnes todos los inconvenientes generados por las ocho averías transcurridas entre octubre de 2004 y abril de 2005. Dicho de otro modo: en apenas seis meses, el vehículo estuvo más tiempo en el taller que circulando por la carretera. El tribunal también ha indicado un ‘flagrante incumpliendo contractual’. Por su parte, el concesionario ha argumentado que las averías se han reparado y que el coche se averiaba ‘por la incorrecta forma de conducir de la clienta y a una utilización indebida’.
Las primeras informaciones no indican qué marca y modelo ha sido el que tantos problemas produjo a la conductora en cuestión. Éstas fueron las ocho averías del vehículo:
1.- Octubre de 2004: vibraciones en el techo y ruidos aerodinámicos.
2.- Octubre de 2004: el reloj de temperatura no funciona y esto no es detectado por el ordenador que diagnostica las averías.
3.- Noviembre de 2004: el coche se para repentinamente en una calle céntrica de Valencia. El ordenador no detectó ningún fallo.
4.- Diciembre de 2004: sin aviso de avería y tras una inspección manual, se sustituyen dos relés.
5.- Enero de 2005: se nivela el capó para arreglar el problema del ruido aerodinámico.
6.- Enero de 2005: se sustituyen los sensores de lluvia para arreglar el problema del ruido aerodinámico.
7.- Enero de 2005: problemas en el sistema de escape, se cambia el catalizador; el ordenador no detecta este cambio.
8.- Abril de 2005: esta vez el ordenador de errores sí funciona y avisa a través de los testigos del salpicadero de una avería grave. El ordenador aconseja la sustitución del captador de ángulo del volante, el del pedal de freno y los contactores.
El tribunal añadió que la práctica totalidad de las averías se repararon a excepción de las vibraciones (producto, según un peritaje posterior, de un mal anclaje del techo) y el ordenador.