El Salón EVER 2008 de Mónaco, celebrado del 27 al 30 de marzo y dedicado a las energías renovables y los vehículos ecológicos, ha sido la oportunidad para que Citroën mostrara el Citroën C4 Bioflex y el nuevo Citroën C5 HDi 138 FAP, dos automóviles que se comercializan ya en algunos países y que pueden utilizar biocombustibles. Sin embargo, no son la única apuesta de la marca en su estrategia por la conservación del medio ambiente.
El C4 BioFlex está disponible en países como Francia desde septiembre del pasado año. Su motor de 1.6 litros de cilindrada, que desarrolla 82 Kw (113 CV DIN), puede circular con hasta un 85% de etanol E85. Por lo demás, su equipamiento y prestaciones son idénticos a los de cualquier Citroën C4.
En cuanto al C5 HDi 138 FAP, como los demás vehículos de la marca equipados con mecánicas HDi, puede funcionar hasta con un 30% de biodiésel, sin necesitar ninguna modificación. Además, cuenta con el filtro de partículas (FAP), un dispositivo que elimina dichas partículas, impidiendo su emisión a la atmósfera y que también puede encontrarse en versiones diésel de los C2, C3, C4, Xsara Picasso, C4 Picasso, Grand C4 Picasso, C5, C6 y C8.
Esta compatibilidad con los biocarburantes, unida al bajo nivel de consumo y emisiones de CO2 de las mecánicas HDi, es un buen ejemplo de la estrategia de Citroën, que consiste en promover avances ecológicos que puedan incorporar a sus modelos, cuanto más “superventas” mejor, sin mermar sus prestaciones.
Otra vía de investigación de Citroën en el campo de los vehículos ecológicos es la de los microhíbridos gasolina, comercializados bajo el nombre “Stop & Start”. Esta tecnología, presente en los modelos C2 y C3, permite reducir un 10% el consumo y las emisiones en ciclo urbano, una cifra que puede llegar al 15% si la circulación es densa.
El C4 BioFlex está disponible en países como Francia desde septiembre del pasado año. Su motor de 1.6 litros de cilindrada, que desarrolla 82 Kw (113 CV DIN), puede circular con hasta un 85% de etanol E85. Por lo demás, su equipamiento y prestaciones son idénticos a los de cualquier Citroën C4.
En cuanto al C5 HDi 138 FAP, como los demás vehículos de la marca equipados con mecánicas HDi, puede funcionar hasta con un 30% de biodiésel, sin necesitar ninguna modificación. Además, cuenta con el filtro de partículas (FAP), un dispositivo que elimina dichas partículas, impidiendo su emisión a la atmósfera y que también puede encontrarse en versiones diésel de los C2, C3, C4, Xsara Picasso, C4 Picasso, Grand C4 Picasso, C5, C6 y C8.
Esta compatibilidad con los biocarburantes, unida al bajo nivel de consumo y emisiones de CO2 de las mecánicas HDi, es un buen ejemplo de la estrategia de Citroën, que consiste en promover avances ecológicos que puedan incorporar a sus modelos, cuanto más “superventas” mejor, sin mermar sus prestaciones.
Otra vía de investigación de Citroën en el campo de los vehículos ecológicos es la de los microhíbridos gasolina, comercializados bajo el nombre “Stop & Start”. Esta tecnología, presente en los modelos C2 y C3, permite reducir un 10% el consumo y las emisiones en ciclo urbano, una cifra que puede llegar al 15% si la circulación es densa.