El presidente alemán inaugura hoy la mayor inversión individual de la historia de Bosch. Una nueva fábrica de semiconductores de 200 mm inicia sus actividades en Reutlingen.
- Diariamente se podrán fabricar aquí hasta un millón de microchips
- El presidente Federal Köhler pone en marcha la producción
- Productos innovadores para las necesidades crecientes de los productos electrónicos
- Condición esencial para los vehículos eléctricos del futuro
Reutlingen (Alemania).– En presencia del presidente de la República Federal de Alemania, Horst Köhler, ha iniciado sus actividades la fábrica de producción de semiconductores de 200 milímetros en Reutlingen (Alemania). La nueva planta, en la que se fabricarán desde ahora semiconductores y componentes micro-mecánicos, se ha convertido – con un coste total de 600 millones de euros – en la inversión individual más grande en la historia de Bosch. “A pesar de la crisis económica tuvimos la voluntad, la fuerza y los medios para hacer realidad nuestro plan”, recalcó Franz Fehrenbach, presidente de la Alta Gerencia del grupo Bosch. Con la nueva fabricación, la empresa responde a las crecientes demandas de componentes y sistemas electrónicos más complejos en los automóviles, edificios, y bienes de consumo como móviles, portátiles o videoconsolas.
"Ejemplos como los de la fabricación de semiconductores subrayan de forma impresionante que la industria de Baden-Wurtemberg está bien preparada para afrontar los retos del futuro", declaró el presidente de ese estado federado, Stefan Mappus.
“Si queremos que los motores consuman aún menos combustible y que la circulación vial sea más segura, tendremos que pensar en más técnica y en que ésta sea mejor, y también en el desarrollo de los componentes electrónicos”, dijo Fehrenbach. Los nuevos sistemas electrónicos ayudan a ahorrar combustible y, por lo tanto, ayudan a reducir las emisiones. En ese sentido, la importancia de la corriente eléctrica como energía de accionamiento para grupos auxiliares y también para el propio accionamiento va creciendo de forma continua. La consecuencia de esta tendencia es la necesidad de un control electrónico de las potencias eléctricas cada vez mayores. El desarrollo de soluciones electrónicas específicas para automóviles es una de las claves para la electrificación de los vehículos del futuro. En ello están trabajando también los 1.200 ingenieros de desarrollo en Reutlingen. Esa cercanía inmediata del desarrollo y de la producción y la cercanía a los fabricantes de automóviles muy innovadores es una de las causas por la que Bosch decidió construir la fábrica de semiconductores de 200 milímetros en este emplazamiento.
Un edificio dentro del edificio
En esta fabricación se crean circuitos integrados (CI) y componentes micro-mecánicos (MEMS). El material básico de partida son unas finas placas de silicio, las llamadas obleas, con un diámetro de 200 milímetros.
Los procesos de fabricación para ello son tan costosos, que se requiere una media de seis semanas, hasta que una placa de silicio ha recorrido todos los pasos de fabricación. En las obleas se ubican unas estructuras muy finas, por lo que los procedimientos de fabricación sólo se pueden realizar bajo condiciones de “sala limpia”. El aire en la zona de fabricación se filtra de forma muy intensiva. La clase 1 de sala limpia es comparable con una suciedad máxima del tamaño de un hueso de cereza en el lago de Constanza. Las vibraciones exteriores como las que produce el tráfico vial no pueden llegar a las máquinas de producción sensibles. Por eso se ha construido la estructura exterior del edificio de fabricaci ón de forma separada del núcleo constructivo de la instalación; es decir, la fabricación se realiza en un edificio dentro del edificio que está equipado con una cimentación, unas paredes y unos techos intermedios especialmente gruesos y, por lo tanto, muy rígidos. En la ampliación final, que está planificada para el año 2016, se fabricarán cada día hasta un millón de estos chips que medirán sólo unos pocos milímetros. Para entonces trabajarán unas 800 personas en la fábrica de obleas. “Estos colaboradores son los que se encargarán de que una inversión se convierta en una historia de éxito”, comentó también Fehrenbach.
/Bosch Comunicación