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    Automovilistas Europeos Asociados señala que la competencia entre marcas hace que se comercialicen coches con dispositivos electrónicos que dan muchos problemas

    8 de noviembre de 2004
    Recientemente, un ciudadano francés denunció que se vio obligado a circular con su coche, un Renault Vel Satis, a 190 km/h durante más de 150 kilómetros, debido a un fallo electrónico en el regulador de velocidad -permite llevar una velocidad de crucero-, cuando transitaba por la autopista A 71. El automóvil se bloqueó a 190 km/h, sin que pudiera parar el motor ni frenar. Finalmente, pasados 150 km, el conductor logró detener el motor. Renault, el fabricante, ha negado que existiera ningún problema y se ha querellado contra el conductor por presunta estafa o injurias. En Francia, en donde el suceso ha tenido mucho eco, ya han salido a la palestra otros conductores relatando experiencias parecidas con otros modelos de coches. El pasado fin de semana el diario vasco El Correo se hacía eco de las luces y sombras de la electrónica que montan los automóviles, recabando la opinión de conductores y profesionales de la reparación.

    La inyección del motor entre los problemas más frecuentes
    Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, entidad sin ánimo de lucro que trabaja por los derechos de los conductores en España, reconoce que la proliferación de la informática y la electrónica en los coches hace que los comportamientos puedan ser “impredecibles”. En los sistemas electrónicos, añade, “muchas veces se trata de averías intermitentes, con lo que la detección posterior es complicada. Puede ser que se den en una determinada circunstancia y, en otra, no se den”.

    En su experiencia en defensa de los automovilistas, relata que los problemas más comunes de los sistemas electrónicos están relacionados con la inyección del motor. En concreto, “hubo un vehículo Peugeot, -cuyo fallo se corrigió-, que se quedaba bloqueado en pleno adelantamiento. A 120 por hora, el coche se quedaba sin reacción. Bajaba de 120 a 0 km/h de golpe, con el consiguiente problema de seguridad”. Como otro ejemplo, Arnaldo recuerda la imagen “clara del rally, con Carlos Sainz y Luis Moya, intentando arrancar el vehículo en aquel mundial que perdieron en la última jornada. Fue un problema electrónico”.

    En su opinión, los fallos en los vehículos, en general, se producen porque, “debido a la competencia entre las marcas, muchas veces se saca al mercado un modelo que no está lo suficientemente probado y desarrollado. El consumidor se encuentra entonces en una posición de conejillo de indias y posteriormente los fallos del vehículo se van corrigiendo conforme el conductor los detecta. Entonces se producen las llamadas a revisión de las marcas, que cada vez son más frecuentes”. 
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